(foto cedida por Willy Uribe)
En el segundo volumen de la trilogía,
Los cuerpos desnudos, se explica la muerte violenta de uno de los hijos
gemelos de Roque Altube (332-338)
Etxe, el tempranero, siempre el primero en bajar a la
playa de Arrigúnaga a ver qué desechos había arrojado el mar, oye entre las rocas
de la playa los gemidos de auxilio de uno de los gemelos, Leonardo. La marea
había estado subiendo. Cuando llega hasta el lugar de los gemidos, el agua le
está llegando a Eladio al cuello. Éste, está atado por el cuello con una cadena
fijada a la argolla de Félix Apráiz, y, un poco más abajo, el otro gemelo
Leonardo, “con la cabeza bamboleante a merced de la corriente” también
encadenado a otra argolla de otra roca por el cuello.
¿Quién pudo ser el asesino?
Porque era evidente que hubo un crimen. ¿No podía haber sido Efrén, al que habían estafado y
pisado negocios los hermanos?, ¿tal vez algún socio, como los hermanos Ermo, que se sienten engañados en los negocios
conjuntos? ¿ algún cliente estafado? Según parece, ninguno de los dos tenía el
menor escrúpulo para hacer “chapuzas, cambalaches y engañifas”.¿ Podía
haber sido Félix Apráiz, harto de que le usasen las argollas de la roca,aquellas
que tenía para ver si conseguía pescar al Negro, el gran congrio?
Hubo un juicio
pero el crimen no se resolvió. ... “ y
así quedaron las cosas hasta que años después un librero de Algorta y fracasado
imitador de la novela negra norteamericana, le dio por abandonar tramas
inventada y pasarse a la investigación real, retomando aquel viejo misterio sin
resolver, y teniendo más éxito que con sus ficciones. Resolvió el caso y lo
convirtió en literatura”. (338)
Así dejó Pinilla el caso sin resolver en su trilogía. Fue en 2009 con su
novela negra Solo un muerto más, cuando
aquel librero de Algorta resuelvió el caso.
El pequeño espacio que hoy
ocupa una tienda de comida y bebida selectas, fue hace unos años –gente lectora
la recuerda- el local donde había una librería: ANTARES. Este lugar, que extrañamente
no tiene número propio (¿?) y que se encuentra al lado de un gran supermercado, está
situado en la Avenida Algorta entre los números 69-71;
Ahí, en ese sitio, en el Getxo
literario de Pinilla se sitúa la librería BELTZA.
En el número 8 de la Avenida del Ejército, que es así como bautizó Franco “al
trozo de carretera general que atravesaba Algorta” (…) “que fue por donde entró
el suyo” (Las cenizas del hierro,163)
“No se venden muchos libros en Getxo(...) Una única Universidad de jesuitas
que moldean alevines de las grandes familias, destinados a dirigir el gran
comercio y la gran industria, no puede, ni menos se propone, crear un clima
propicio a los libros” “Sin embargo yo he abierto una librería en el corazón de
Getxo” (Solo un muerto más, 26)
El que esto dice es Sancho
Bordaberri, de los Bordaberri de Algorta. Será una librería dedicada, sobre
todo, a la novela negra. El librero es un enamorado de ella y por encima de
todo, de la americana. Hammett, Chandler y pocos más,
son sus modelos preferidos a imitar porque él es escritor.
Es, sin embargo, un escritor frustrado de novelas policíacas. Las escribe ambientándolas en la ciudad de Los Ángeles que él inventa porque nunca ha estado allí. No consigue que le publiquen ninguna. Le han devuelto la última, siguiendo “el mismo destino que las 15 precedentes”. Ha ido a la playa de Arrigúnaga para lanzarla lejos, al mar. Con una larga cuerda ha hecho un paquete con su novela y una gruesa piedra que le dé el peso suficiente para así quedar sepultada en “las tinieblas acuáticas”.
Es entonces cuando sus ojos se fijan en una
roca lejana. Es la roca de Félix Apráiz, con su argolla encastada en la roca,
la que él usa para asegurar sus cadenas y hilos con anzuelos . Y es en ese mismo momento
cuando Sancho recuerda que hacía algunos años, fue en 1935, había aparecido el
cadáver de un mozo, allá entre las rocas y que, sin haberse resuelto el caso, (era
claro que había sido un crimen), quedó en el olvido.
Cuando se decide a
investigarlo, es ya 1945. Se transforma en el detective que
había intentado crear en sus novelas, Vestirá traje, camisa, corbata y sombrero
americano de un tío que se lo había traído de Las Américas. Y en esta
trnasformación se cambia el nombre por el de Samuel Esparta, en homenaje a Sam
Spade, el detective de Dashiell Hammett. Su secretaria en la librería, Koldobike,
cambiará no su nombre, pero sí su
vestimenta . Vestirá una falda negra de
tubo y lucirá una cabellera rubia
teñida.
Y mientras el frustrado escritor de novelas negras va investigando, se va
convirtiendo en el escritor de una novela que la va redactando en su mente, convirtiéndolo
en literatura.
¿Por qué ahí la librería BELTZA? Parece que la localización del lugar en la avenida es un homenaje
al librero de la librería ANTARES, Jesús del Río,seducido también por el mundillo del libro y las letras, y a la
pequeña librería que fue, durante algún tiempo, lugar de reunión del taller de escritura y que Pinilla dirigía. (La próxima entrada será sobre el taller literario)
¿Quién es este escritor
protagonista? ¿Es el mismo Pinilla, de joven, escritor de novelas policíacas con
el seudónimo de Romo P. Gilca "por
aquello de que con seudónimo parece que se vendería mejor"? “A los veinte años ya escribí una docena de
novelas policíacas con seudónimo, de las que sólo se publicó una”. La
dedicatoria del libro policíaco está dirigida a aquel joven escritor de veinte
años Romo P. Gilca.
Y un curioso estudio
sobre esta novela. Esther Bautista Naranjo, profesora de La Universidad de
Castila-La Mancha, resalta en "Solo un muerto más o el Quijote en clave detectivesca"(2011) el paralelismo entre esta obra
y el Quijote por aquello de tratarse de “dos héroes individualistas” que tratan
de “vivir conforme a lecturas que han idealizado”, en palabras de ella. Ha
recogido un apunte brevísimo de David Torres, que ella menciona. La frase es
muy simple y corta. “Sancho Bordaberri se transforma en investigador privado
merced a una metamorfosis análoga a la que llevó a Alonso Quijano a convertirse en Don Quijote”(Elcultural13,03,2009) https://pendientedemigracion.ucm.es/info/especulo/numero47/muertomas.html