Cruce de Venancios
En el Getxo real, la calle
Maidagan, que pasa por el “barrio de San Baskardo”, desemboca en la calle
Sarrikobaso, en un cruce, ahora convertido en rotonda. Hace unos 40 años, me
comentó Lucia, hubo en este lugar una
tienda modesta, propiedad de Venancio Fano, de quien el cruce tomó el nombre. Por
lo visto y oído la gente le añade una ese al nombre del tendero y se le conoce
como “el cruce de Venancios”
Este es el “cruce de Laparkobaso” , en la trilogía
Verdes valles, colinas rojas. En uno
de los laterales que rodean este cruce donde ahora hay un parque infantil, sitúa
Pinilla la mansión de los Oiaindia- Baskardo. Aquí debió haber, hay gente que la recuerda, una casa
grande con su jardín de árboles y plantas.
-
¿Por qué
motivo colocas ahí el palacio de los Oiaindía? - le pregunté a
Pinilla.
- Primeramente, porque existe- me respondió-. Venancios
es un nombre real. Y es un emplazamiento que me gustaba porque venía bien;
colocar a un lado el palacio, el caserón…
-
¿No hay
más razón? – insistí.
-
No, no.
Simplemente que en el momento de escribir
se me ocurre. Bueno, pues esto lo pongo aquí y ya está.
Aquí, en esta mansión-palacio,
comienza la historia. Cristina Oiandía, la marquesa, sale con sus hijos para visitar los caseríos de su propiedad. Ama esta
tierra “Nada de cestas de comida. Nuestra
tierra es pródiga” y ama sus gentes.
“Mientras ellos existan sobre nuestra tierra…Mientras ellos sigan ahí...”
Pero algo está cambiando en este
mundo rural. Uno de los mozos del caserío de Bukuena va a trabajar a una
fábrica al otro lado de la ría. ¿Por qué?
“La tierra no da para mucho”,
le responde la madre a la marquesa. Ella se resiste a verlo, no lo entiende. “Si al vasco le quitan su tierra no es nada.
Y las fábricas viene a arrancar al vasco de su tierra”… ¿Es el inicio del
final del mundo de los Verdes
valles?
Pero es que, además, todo está
cambiando en la margen izquierda de la ría. A las Colinas rojas van
llegando a trabajar en las minas
de mineral de hierro mucha gente de otros lugares, algunos con ideas nuevas de
unión, de solidaridad de clase obrera, de lucha común contra la explotación
obrera.
Y por si fuera poco, ELLA, una
chiquilla pobre que llegó a las puertas de la casona de la marquesa con 17
años, es el enemigo venido de fuera, que desde dentro destruirá este mundo y sus personas, dirá Don Manuel, el maestro nacionalista,
ELLA, pasados los años y
enriquecida, fue construyendo enfrente
de la mansión, un “palacio medio árabe”.
Tres años tardaron en construírselo. Y a
partir del 25 de diciembre de 1895, en ese mismo día de cada año, arrojaría piedras a la mansión de los
Oiandía-Baskardo . Quería recordarles el mes en que quedó embarazada del señor,
Camilo Baskardo (117). Será en 1919 cuando se irá a vivir a Neguri, al Palacio Galeón,
con su hijo Efrén Baskardo.
El título del primer tomo de la trilogía, La
tierra convulsa.
Pinilla, durante su “marginación
voluntaria” de los circuitos de grandes editoriales, que duró más de 30 años,
fue escribiendo a mano, a bolígrafo, la trilogía. “Todo Verdes valles está escrito en el reverso de carteles tamaño folio cortados por mí” 3.500 folios obtenidos de los carteles de la propaganda política. Él pertenecía al Partido Comunista. Tres tomos de 2500 páginas impresas.
-
¿Por qué
una obra tan larga?- se le ha preguntado más de una vez.
-
Llegó un
momento en que la novela mandó sobre mí, y tuve que obedecerle (…) yo siempre
sostenía que el autor debía imponerse a la obra, tenerla bien sujeta, pero en
este caso ocurrió todo lo contrario, y fue la novela la que mandó sobre mí. Al
elegir un personaje y dedicarle un capítulo me di cuenta que era el personaje
el que se movía y no yo, así que le cedí todo el poder. Y al desaparecer el
autor con sus leyes novelísticas, el personaje se lanza a vivir libremente.
En 2005 recibió el Premio Euskadi.
Y en 2006, el Premio de la Crítica 2005, premio otorgado por la Asociación española de
críticos literarios.