Si alguien sabe por los
alrededores de Getxo de un caserío, ahora en ruinas, porque los sueños, a veces,
se desvanecen, ése pudo ser el caserío Oiarzena.
Martxel, el hijo mayor de la
marquesa Cristina Oiandia, ha vuelto de
Ceilán. Ha vuelto a la mansión familiar pero trae ideas y comportamientos
extraños para la madre. Después del baño, Martxel viste sólo una túnica. “Pareces un dios griego”, le dice su
hermana Fabi. “¿Por qué llevas los pies
desnudos?”
Poco a poco Fabi se va
dejando imbuir por las nuevas ideas que Martxel ha traído de Ceilán. “Qué estupendo tocar el suelo con la planta
de los pies”, dirá ella. “Te sentirás
mejor si desnudas tus senos”, le dice su hermano.
¿Cuál es esa nueva filosofía
de vida que Martxel irá imponiendo, a pesar de la oposición de su madre? “Nuestra salvación está en el regreso a la
inocencia”. “He vivido un largo sueño en el que conocí a hombres ingenuos que
iban con los pies desnudos.” “Aquellos hombres ingenuos eran felices y yo
sonreía con ellos”. “Me desnudaban y yo a ellos. Nos bañábamos en el gran río.
Nos limpiábamos unos a otros los cuerpos. Nos amábamos. Éramos como hermanos…”
“Y amaban” “Amaban los ríos y las
montañas, y las plantas y los animales, y sus propios cuerpos libres eran una
prolongación de la Naturaleza” (II,38)
Pero con estas ideas, ellos
no podían durar en la mansión de la marquesa. Es Ama la que busca un viejo
caserío “en la frontera de Getxo” para recluir, ante la conducta y actitud de
todos ellos, a su hijo, a su hija Fabiola
embarazada (de Roque Altube, no de su marido Román) y a la putilla que
Martxel ha traído de Bilbao a la mansión.
Búsqueda aconsejada
vehementemente por el cura don Eulogio,
por el pésimo ejemplo que estaban dando a la comunidad . (II 363-366) Y
encuentra dónde. “Es un viejo caserío en
los límites con Berango y no lejos de la costa”. Oiarzena
es su nombre.
Allá, lejos, nadie tendrá noticias de ellos.
Cuando saben que se van de su mansión, dice Fabi “Cambiaremos el mundo. Le devolveremos la pureza”
El tomo 2º de la trilogía lleva por título Los cuerpos desnudos.
Esta casa-comuna abierta con
el tiempo a otras personas será un emblema de nudismo y amor libre para sus
moradores. Pero la marquesa, avergonzada porque es un pésimo ejemplo para todo
Getxo, hará lo posible para que se cierre.
Entre otras medidas recurre
a D. Manuel, el maestro de Algorta, para que los reintegre a la vida normal. El
maestro se muestra reticente, discute largamente con la marquesa porque
considera, entre otras cosas, que han traído “una inquietud intelectual”, cosa
que ella niega. Sólo escándalo, perturbación...afirma ella. Acaba yendo a
Oiarzena y mantiene una larga conversación con Martxel. Cena y pasa la noche
con ellos.
Cuando años más tarde D.Manuel le
explica a Asier su visita a Oiarzena como emisario de la marquesa le dirá una
frase de alabanza de aquella casa: “Aquel espacio de libertad merece un
lenguaje libre”
Pero hay más historias en
este volumen. Fabiola persiguiendo insistentemente al prolífico Roque en el
tranvía y acabando los dos en Arrigúnaga, apareándose como se apareaban machos
y hembras entre los Baskardo de Sugarkea… El litigio por el Mostrador de La
Venta, aquel entre Etxe y Larreko, con
la Iglesia como demandante… El traslado y vida de la familia de Ella en El palacio Galeón... Los trapicheos de los hijos
gemelos de Roque, hasta la muerte de uno de ellos en la playa, ahogado… Asoman
también los Baskardo de Sugarkea, aquellos hombres y mujeres primitivos… La
hija de Fabi, Florita, mitineando con ideas anarquistas en La Venta… Y la Guerra
Civil en los montes del País Vasco, descrita por Pinilla con unos trazos
magistrales….