En el mismo año 71, del mismo modo que con la
editorial Planeta también con la editorial Destino, la promotora de los premios
Nadal, que desde 1944 se concedían anualmente, tuvo Ramiro Pinilla “otra desatención”, en palabras suyas.
Un director alemán de cine quería llevar la trama de la novela “Las ciegas
hormigas”, con la que había ganado el premio Nadal 1960, a la televisión. El escritor se oponía porque
la editorial le había ofrecido 15.000 pesetas. Una miseria, una burla, decía
él.
Parecía que la editorial había respetado el
rechazo del escritor “pero al cabo de
unos meses llaman al timbre de mi casa y cuando abro, me encuentro a un
director de una televisión alemana con todo el equipo de filmación diciendo que
viene a hacer mi película”. Cuando Pinilla les dijo que no sabía nada,
aquel director alemán, contaba Pinilla, no se lo podía creer. El escritor se puso en contacto con la editorial y esta
fue la respuesta: “No se preocupe Pinilla, todo está en regla. Sólo
entonces, explicaba el autor, me
enviaron 100.00 pesetas. ¿Poco? ¿Mucho? Lo indignante era lo otro, el desprecio
al autor”.
Muchas veces nos hemos preguntado sobre esa
película; si habría forma de recuperarla y verla. Hay algunas fotografías del
escritor con el director y actores, pero nada más. “Ignoro qué producto salió de aquel rodaje de 1971. No lo he visto
nunca”.
Pero es que además, el editor había vendido los derechos de publicación de su novela en Alemania sin que Pinilla se enterase.
Pero es que además, el editor había vendido los derechos de publicación de su novela en Alemania sin que Pinilla se enterase.
Este “desprecio
al autor” venía de lejos, de 1961. Con
la editorial barcelonesa Destino,
Pinilla había firmado un contrato que lo calificaba de leonino. El no había leído los términos
del escrito. Lo que quería era firmar y cobrar las 150.000 pesetas del premio,
con las que pagaría las deudas contraídas por la construcción de su casa en
Getxo. Entre las cláusulas había una que “decía
que el editor sería dueño de la obra mientras en su almacén quedaran cien ejemplares.
Era la posesión de ella de por vida” , explicaba Pinilla.
Y así fue durante muchos años, hasta que el
editor de la Tusquets “negoció el
rescate”. “Antonio López Lamadrid,
que ha fallecido hace poco (2009), me dijo que quería recuperarla; si no es por
ellos, hoy estaría secuestrada y de por vida”. Y así es como en enero de
2010, casi 50 años después, apareció en las librerías esta extraordinaria
novela que, a pesar del paso del tiempo, sigue sin resentirse en su escritura.
Entre otras deslealtades o “desatenciones” de
la editorial Destino explicaba Pinilla que su novela “se había traducido a 14 idiomas y yo sin enterarme. Todo por encima de
mí. El autor no era nadie, no podía gestionar nada”.
Hasta aquí el maltrato que sufrió con estas
dos grandes editoriales PLANETA y DESTINO que le decidieron a romper con ese mundo comercial, de gran distribución, del
libro.
Pero había otra razón profunda, interior, que
le empujó a este largo adiós, a su salida
del circuito comercial de los libros e inicio del largo exilio voluntario.
Y esta razón fue su ansia
de libertad. “Yo tenía muy claro que para
escribir libremente tenía que evadirme de los circuitos comerciales. Mi
literatura es libre. Nadie me ha encargado un libro; nadie me ha pedido que
quite esto o lo otro”.
Y
es entonces cuando comienza su alejamiento, su voluntaria exclusión; pero no su
lucha diaria por escribir, para publicar en editoriales minoritarias que nadie
recuerda pero que le mantuvieron vivo
para la escritura: Marte, Ediciones Del
centro, Luis Haranburu editor, Birmingham, Los libros de la Pérgola… Hasta
que con su amigo periodista Rapha Bilbao se decide a editar sus propios
libros. Nace la editorial Libropueblo/herriliburu.
(De esta editorial hablaremos en otra entrada)
Durante este largo adiós escribe una serie de
novelas que serán el germen de su trilogía
Verdes valles, colinas rojas . Estas son Recuerda, oh recuerda
(1974), novela considerada por Pinilla como el embrión de Verdes Valles y la que más le gustaba; El salto (1975) Primeras historias de la guerra
interminable (1977); La gran guerra de Dª Toda (1978); Las andanzas
de Txiqui Baskardo (1980); Quince años (1990); Huesos (1997).
En 1986 se había publicado un libro con el título Verdes valles. Fue el último libro publicado en su editorial. “Mi
idea fue pulsar en un grupo de amigos cómo sonaba ese libro, cuando sólo tenía
700 folios”.
Y por si no fuera suficiente en escribir sus
propias novelas crea iniciativas para fomentar la pasión por la escritura que llevaba
tan adentro. Será el promotor de la edición de una revista literaria en Getxo llamada
Galea (http://getxoterritoriopinilla.blogspot.com.es/2015/10/un-ano-despues-topaketaencuentro.html)
y la creación de un taller de escritura en Algorta que
duró, con él, más de 35 años. (http://getxoterritoriopinilla.blogspot.com.es/2014/12/el-taller-literario-de-pinilla.html )
Sale de este largo exilio literario de la mano de la
editorial Tusquets con la publicación en 2004, del primer volumen de la
trilogía Verdes valles, colinas rojas, que
es cuando decide salir de esa “marginación voluntaria”.