...se me ha ignorado, yo creo que inocentemente. No me he sentido perseguido. He disfrutado mucho de mi silencio, de mi soledad, de mi paz.
Pasaron 33 años en aquella “marginación voluntaria” que inició a principios de los 70; marginación explicada en las dos entradas anteriores del blog.
Y Ramiro Pinilla decidió salir de ella. “Me dije: bueno, ya es hora de ponerme en contacto con una editorial decente…Primero envié el libro a Espasa y me lo devolvió; ignoro si lo leyó. Después, Fernando Aramburu (…) me puso en contacto con Tusquets. No tenía nada claro que se animase nadie a publicarlo”.
Y Ramiro Pinilla decidió salir de ella. “Me dije: bueno, ya es hora de ponerme en contacto con una editorial decente…Primero envié el libro a Espasa y me lo devolvió; ignoro si lo leyó. Después, Fernando Aramburu (…) me puso en contacto con Tusquets. No tenía nada claro que se animase nadie a publicarlo”.
Salió de este larguísimo exilio literario de la mano de la
editorial Tusquets, con la publicación en octubre de 2004, del primer volumen de
la trilogía Verdes valles colinas roja, La tierra convulsa.
Muy poco antes de la publicación del citado volumen,
el 6 de setiembre de 2004, a punto de cumplir 81 años, Ernesto
Maruri le hizo una entrevista. El título: YO NO HE EXISTIDO.
Entre otras muchas preguntas, Ernesto Maruri habla
con él sobre estos largos años de aislamiento. ( El subrayado y las frases en negrita son míos)
E M -En los años noventa, se
publican tus dos últimos libros, espléndidas novelas cortas, Quince años y Huesos, situadas en la guerra civil y en la posguerra. Aparecen en
editoriales pequeñas. Casi nadie se entera. ¿Por qué?
R P -Era gente amiga. Yo había salido muy escaldado de las malas relaciones
con los editores, no solamente con Planeta y Destino. No quería empezar de
nuevo la guerra de enviar un original. Para evitar esto, como me gusta mucho la
tranquilidad, entregaba la novela a alguien próximo, aun sabiendo que no iba a
tener ningún eco. Me gusta mucho la paz y la libertad, y era una forma de
mantenerlas.
E M -Se ha visto con los niños
que el peor maltrato no es el desprecio ni la amenaza ni el golpe, sino la
ignorancia por parte de los padres, ser tratados como si no existieran. Es lo
que deja mayores secuelas. Como escritor, es lo que te ha pasado.
R P -Sí, lo he vivido, pero no lo he sufrido. Yo no olvidaré que he sido
olvidado y marginado durante 30 años. He sido olvidado por editoriales,
críticos, lectores, escritores. Todo el mundo literario me ha olvidado. Yo
tenía libros escritos. No he sufrido porque lo he elegido yo. Ha sido un
rechazo muy duro. No debo a nadie el haber escrito Verdes valles colinas rojas. Son 18 años de trabajo. Me lo debo a
mí mismo. Ese esfuerzo solitario seguirá de aquí en adelante. Mi figura como
escritor solitario la mantendré. No me estoy expresando bien. Me he metido en
un lío con la idea. Quiero decir que
no lo olvidaré. Tengo una pequeña deuda pendiente con el mundo literario e
intelectual.
E M -¿Lo vives con rencor?
R P -No, en absoluto. Sentiría odio si lo hubiera sufrido, pero no lo he
sufrido, lo he elegido yo, he estado muy a gusto. Pero ha habido una pequeña
injusticia por parte de muchos. Es irremediable. Es un hecho natural que ha
ocurrido. ¿Consecuencias? Que yo seguiré siendo el olvidado. Espero no aceptar
de la sociedad cosas que me puedan venir ahora. Ha sido un esfuerzo totalmente
personal, mío. Ninguna ayuda moral ni económica. Me consideraría traidor a mí
mismo si yo ahora cediera este esfuerzo a la sociedad. Con la sociedad no tengo
que compartir nada. Es un esfuerzo muy personal y muy agradable, en silencio,
soledad y libertad. Pero no ha habido palabras de estímulo. Casi nunca he sido
nombrado. Yo no he existido. Esto puede hundir a una persona más débil que yo.
A partir de su reaparición en Tusquets, una
editorial de gran alcance comercial, le vinieron reconocimientos de su valía
literaria y varios premios. Los premios, según donde se cuecen, caso Planeta, pueden
no ser símbolos de talla literaria. O tal vez sí, son indicativos de valía,
cuando vienen de la crítica (Nacional de Narrativa en 2006) o de instituciones
(Nacional de Euskadi de novela en castellano en 2005 y 2013; premio Lan Onari
del Gobierno vasco en 2012, o de la
Asociación de Libreros de Vizcaya, -premio "Farolillo de papel" 2012 a los
escritores que más han gustado al público vizcaíno-.
Ante los premios solía decir con
socarronería: “Como soy ya viejo, parece
que los dan antes de morir. Pero no saben que ahora los viejos tenemos una vida
larga”
Han pasado 10 años entre la
entrevista anterior de 2004 y la que se le hace en el programa ENTRADA LIBRE de
EITB, emitido en julio de 2014. Ramiro Pinilla tiene 90 años. La entrevistadora con la
novela premiada Aquella edad inolvidable
en sus manos, le pregunta:
- - ¿Te parece que los reconocimientos te han
llegado tarde?
- - Sí, pero
no echo la culpa a nadie. En todo caso a mí mismo, por mi trayectoria. En
cierto modo lo he elegido así. De modo inconsciente; así han venido las cosas.
Pero no echo la culpa a nadie
Así, sereno y firme, discreto y humilde.
Este era el Ramiro Pinilla que conocimos y del que hemos de destacar
su gran talla como escritor, a pesar del largo silencio que sobre él sigue existiendo en el mundo de la crítica literaria.
Y es alegría para sus lectores y justicia para él que se vayan haciendo estudios de su obra, como los incluídos en el reciente libro El mundo entero se llama Arrigúnaga, del que hicimos mención en una entrada anterior.
Y es alegría para sus lectores y justicia para él que se vayan haciendo estudios de su obra, como los incluídos en el reciente libro El mundo entero se llama Arrigúnaga, del que hicimos mención en una entrada anterior.