Un
poco presuntuoso el título, como si quisiese dar a entender que fue un gran
acontecimiento literario. Y es cierto que fue un acontecimiento literario,
pero a escala muy reducida.
Tuvo lugar en un pequeño local de una editorial pequeña, CANDAYA, en el barrio del Poble Sec de Barcelona. Aquí es donde hicimos la presentación del libro: GETXO, TERRITORIO PINILLA.
Tuvo lugar en un pequeño local de una editorial pequeña, CANDAYA, en el barrio del Poble Sec de Barcelona. Aquí es donde hicimos la presentación del libro: GETXO, TERRITORIO PINILLA.
Olga
y Paco son los dueños de la sede. Encegados con la literatura (han sido grandes lectores y, además, profesores de instituto de lengua castellana)
se lanzaron a crear esta editorial en 2004. Y siguen encegados, con la ilusión
de los principiantes.
Cuando
a Olga y Paco (grandes amigos nuestros desde hace años) les comenté la reciente
publicación del libro, de inmediato me brindaron su local.
Para
buscar un título al acto, y enviar el anuncio de la presentación a conocidos y amigos, alguna musa vasca (o tal vez, Roque Altube, ese personaje de
Ramiro Pinilla, que celebra sus ilusiones con txakolí y enjuga sus desilusiones en La
Venta con más txakoli) me lo debió sugerir: TXAKOLI LITERARIO.
Convinimos
que la presentación (aunque ellos, Olga y Paco, estarían en Zaragoza presentando un libro de su editorial, pero me dejarían las llaves) sería el sábado 30 de junio, a las 19,30. Para este día iba a contar yo con
la presencia y participación de Anabel, de la Kultur Etxea de Villamonte y su marido, Rober.
Casi
una treintena de amigas y amigos vinieron. Anabel y yo fuimos explicando anécdotas y recuerdos
del escritor y de la ruta literaria en Getxo que iniciamos hace unos
años, además de comentar brevemente su andadura literaria. Rober, sentado entre los asistentes, aportaba también sus comentarios
sobre Pinilla y el pueblo, hablando de sus encantos.
Luego
vino la charla, el comentario, el preguntar de los amigos… Y nuestra satisfacción,
de Anabel y mía, cuando varios de ellos nos dijeron que les habíamos metido en el cuerpo el
gusanillo lector!