“La señorita Mercedes siempre había vivido a dos pasos de las barras del ferrocarril, en una casita en cuyo bajo tuvo su padre la pequeña fábrica de hielo y gaseosas hasta los primeros años cincuenta”. (La tierra convulsa, 471)
Cuando hacemos la ruta del Getxo literario de Pinilla nos vamos desde la Avenida Algorta a la Cadena, en la calle
Sarrikobaso. Y ahí, muy cerquita, a mano izquierda, hay una casa en la que,
algún vecino mayor recuerda, había, hace años, una fábrica de hielo. Aquí el escritor sitúa
la casa de la Señorita Mercedes, la maestra de niñas. Y es aquí cuando hablamos
brevemente de esa novela.
Lo que ahora son pisos, bloques, casas, plazas y calles a lo largo de la calle Sarrikobaso y calles adyacentes antes eran campos y algún caserío. Para entrar en la población las baserritarras, que iban a vender sus productos, tenían que pagar unos arbitrios o impuestos municipales. Y ahí había una cadena, donde “las aldeanas ataban su burro”.
Lo que ahora son pisos, bloques, casas, plazas y calles a lo largo de la calle Sarrikobaso y calles adyacentes antes eran campos y algún caserío. Para entrar en la población las baserritarras, que iban a vender sus productos, tenían que pagar unos arbitrios o impuestos municipales. Y ahí había una cadena, donde “las aldeanas ataban su burro”.
“La esperé en la Cadena- siempre se llamó La Cadena (en tiempos hubo una para que las aldeanas ataran su burro.) al trozo de la carretera general que atravesaba Algorta, pero Franco la bautizó Avenida del Ejército, que fue por donde entró el suyo- en la boca del callejón de su casa . Llegó cuando bajaban las barreras (...). Pasó el tren y la tuve a mi lado” (Habla Asier refiriéndose a la maestra, la señorita Mercedes)
Personaje
siempre presente (es la compañera de trabajo y novia del maestro Don Manuel, el
maestro de niños) en las novelas de Ramiro Pinilla, el escritor la retoma como
narradora en las primeras páginas y las últimas, a manera de introducción y
epílogo, de la novela La higuera.
Así comienza
su relato: “Fue la decisión municipal de
expropiar aquel minúsculo terreno lo que volvió a poner de actualidad al
hombrecillo de la cabaña. No lo habíamos olvidado…”.
Mercedes
Azkorra, la señorita Mercedes, la maestra de niñas de la escuela de Algorta va
desgranando recuerdos que durante muchos años había tenido guardados. Recuerdos
sobre aquel “hombrecillo”, un falangista instalado en la vega de Fadura desde junio
de 1937. Eran rumores que corrían; cosas que se decían, porque “no se sabía mucho de él” (22). “Dependíamos de observadores furtivos”
(48), explica.
Algunos le
llamaban Txominbedarra, nombre de un trébol rastrero. Mucho tiempo después
otros le apodarían Chumbo porque defendía los higos. Se decía que le deberían gustar.
Había
peregrinaciones, recibía visitas aquel solitario. La señorita
recuerda también sus conversaciones con don Manuel preguntándose el
porqué de tanto movimiento de gente alrededor de aquella higuera y aquel
hombre, y queriendo adivinar qué es lo
que se debía ocultar debajo de aquel árbol. Supieron que alguien había recibido una brutal paliza por intentar
rebuscar algo bajo ella. Múltiples interrogantes, que poco a poco, pensando,
deduciendo, les parecía contestar.
El cuerpo
principal de la novela es el relato de
Rogelio Cerón, “el
hombrecillo”. Era uno de los falangistas
que participó en el asesinato de un maestro y su hijo y que durante 30 años
había estado cuidando de un esqueje que se transformó en higuera.
En esta parte
central del libro explica los pormenores de su vida en aquel paraje bajo el
influjo, al principio, de la mirada de un niño de 10 años, y, después de su
persistente presencia con el mensaje silencioso, así lo entendió Rogelio Cerón,
de que defendiera lo que había debajo de la higuera.
La novela se publicó en el otoño de 2006. En España pasó desapercibida. Traducida al alemán, estuvo, en Alemania , en la lista de las 10 mejores novelas no autóctonas.
---------------------------
--------------------------
En una entrevista
en 2004 con Ernesto Maruri decía Ramiro Pinilla, cuando la estaba escribiendo: “Empalma con la recuperación de la memoria
histórica, los enterramientos... Es una visión
de un suceso que no ocurrió pero que pudo haber ocurrido. En Getxo, asesinan a
un maestro y a su hijo, y otro hijo... Prefiero no contar más. Es una idea muy concreta, casi
cinematográfica. Es una higuera que crece sobre... No quiero decir más,
por si alguien me copia”. (El subrayado es mío)
No sé si esto fue una
premonición de Pinilla de que en un futuro alguien haría una película basada en su libro o es que Ana Murugarren y Joaquín Trincado leyeron esta entrevista y picaron el anzuelo. Lo cierto es que el próximo día 24 se va a proyectar la película LA HIGUERA DE LOS BASTARDOS. Sobre ella, esto ha dicho la directora: "Es la película de la que más orgullosa estoy, creo que es lo mejor que he hecho" . (Diario de Navarra, 12 de setiembre de 2017).
El principio del rodaje había comenzado en el verano del año anterior. “Un 18 de julio con banderas españolas en el Puerto Viejo” Esta era el titular del artículo donde se explicaba el rodaje de escenas de la película que Ana Murugarren iba a dirigir sobre la novela de Ramiro Pinilla, La higuera.
Lo leí en El Correo del 18 de aquel mes (18/07/2016). Dos buenas amigas, Marifer, de Bilbao y Anabel, de Getxo, me habían enviado el link.
------------------- ---------------------- --------------------
Desde este pequeño blog damos la bienvenida y agradecimiento a BLOGMEDIA , que se ha unido a aquellos que estamos en la lucha para reivindicar y dar a conocer el valor literario de un autor muchas veces arrinconado: Ramiro Pinilla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario