miércoles, 23 de marzo de 2016

El largo adiós de Pinilla en los 70… (y II)

              Pinilla hablando con un actor de la película. Al fondo, el barco de pega del decorado


En el mismo año 71, del mismo modo que con la editorial Planeta también con la editorial Destino, la promotora de los premios Nadal, que desde 1944 se concedían anualmente, tuvo Ramiro Pinilla “otra desatención”, en palabras suyas.

Un director alemán de cine quería  llevar la trama de la novela “Las ciegas hormigas”, con la que había ganado el premio Nadal 1960, a la televisión. El escritor se oponía porque la editorial le había ofrecido 15.000 pesetas. Una miseria, una burla, decía él.

Parecía que la editorial había respetado el rechazo del escritor “pero al cabo de unos meses llaman al timbre de mi casa y cuando abro, me encuentro a un director de una televisión alemana con todo el equipo de filmación diciendo que viene a hacer mi película”. Cuando Pinilla les dijo que no sabía nada, aquel director alemán, contaba Pinilla, no se lo podía creer. El escritor  se puso en contacto con la editorial y esta fue la respuesta: “No se  preocupe Pinilla, todo está en regla. Sólo entonces, explicaba el autor, me enviaron 100.00 pesetas. ¿Poco? ¿Mucho? Lo indignante era lo otro, el desprecio al autor”.

Muchas veces nos hemos preguntado sobre esa película; si habría forma de recuperarla y verla. Hay algunas fotografías del escritor con el director y actores, pero nada más. “Ignoro qué producto salió de aquel rodaje de 1971. No lo he visto nunca”.

Pero es que además, el editor había vendido los derechos de publicación de su novela en Alemania sin que Pinilla se enterase.

Este “desprecio al autor” venía de lejos, de 1961.  Con la editorial barcelonesa Destino, Pinilla había firmado un contrato que  lo calificaba de leonino. El no había leído los términos del escrito. Lo que quería era firmar y cobrar las 150.000 pesetas del premio, con las que pagaría las deudas contraídas por la construcción de su casa en Getxo. Entre las cláusulas había una que “decía que el editor sería dueño de la obra mientras en su almacén quedaran cien ejemplares. Era la posesión de ella de por vida” , explicaba Pinilla.

Y así fue durante muchos años, hasta que el editor de la Tusquets “negoció el rescate”. “Antonio López Lamadrid, que ha fallecido hace poco (2009), me dijo que quería recuperarla; si no es por ellos, hoy estaría secuestrada y de por vida”. Y así es como en enero de 2010, casi 50 años después, apareció en las librerías esta extraordinaria novela que, a pesar del paso del tiempo,  sigue sin  resentirse en su escritura.
Entre otras deslealtades o “desatenciones” de la editorial Destino explicaba Pinilla que su novela “se había traducido a 14 idiomas y yo sin enterarme. Todo por encima de mí. El autor no era nadie, no podía gestionar nada”.

Hasta aquí el maltrato que sufrió con estas dos grandes editoriales PLANETA y DESTINO que le decidieron a romper con ese mundo comercial, de gran distribución, del libro.

Pero había otra razón profunda, interior, que le empujó a este largo adiós, a su  salida del circuito comercial de los libros e inicio del largo exilio voluntario.

Y esta razón fue su ansia de libertad. “Yo tenía muy claro que para escribir libremente tenía que evadirme de los circuitos comerciales. Mi literatura es libre. Nadie me ha encargado un libro; nadie me ha pedido que quite esto o lo otro”.

 Y es entonces cuando comienza su alejamiento, su voluntaria exclusión; pero no su lucha diaria por escribir, para publicar en editoriales minoritarias que nadie recuerda  pero que le mantuvieron vivo para la escritura: Marte, Ediciones Del centro, Luis Haranburu editor, Birmingham, Los libros de la Pérgola… Hasta que con su amigo periodista Rapha Bilbao se decide a editar sus propios libros. Nace la editorial Libropueblo/herriliburu. (De esta editorial hablaremos en otra entrada)

Durante este largo adiós escribe una serie de novelas que serán el germen de su trilogía Verdes valles, colinas rojas . Estas son Recuerda, oh recuerda (1974), novela considerada por Pinilla como el embrión de Verdes Valles y  la que más le gustaba; El salto (1975) Primeras historias de la guerra interminable (1977); La gran guerra de Dª Toda (1978); Las andanzas de Txiqui Baskardo (1980); Quince años (1990); Huesos (1997). En 1986 se había publicado un libro con el título Verdes valles. Fue el último libro publicado en su editorial. “Mi idea fue pulsar en un grupo de amigos cómo sonaba ese libro, cuando sólo tenía 700 folios”.

Y por si no fuera suficiente en escribir sus propias novelas crea iniciativas para fomentar la pasión por la escritura que llevaba tan adentro. Será el promotor de la edición de una revista literaria en Getxo llamada Galea (http://getxoterritoriopinilla.blogspot.com.es/2015/10/un-ano-despues-topaketaencuentro.html)
 y la creación de un taller de escritura en Algorta que duró, con él, más de 35 años. (http://getxoterritoriopinilla.blogspot.com.es/2014/12/el-taller-literario-de-pinilla.html )

Sale de este largo exilio literario de la mano de la editorial Tusquets con la publicación en 2004, del primer volumen de la trilogía Verdes valles, colinas rojas, que es cuando decide salir de esa “marginación voluntaria”.


martes, 23 de febrero de 2016

El largo adiós de Pinilla en los 70… (I)


                   ...  su novela “Seno” tardó cinco meses en ser publicada. 
                      “Ya nadie se acordaba de ella – solía decir Pinilla- Total,  que nació muerta


“No quiero seguir escribiendo, dependiendo de los editores, de sus humores, de sus malos modos “

Y se marchó. Fue un largo adiós a las grandes editoriales  y un aislamiento  posterior causado, pero no sólo por ellos, por los desengaños, los maltratos sufridos con dos de ellas, Planeta y Destino. Fue en los inicios de la década de los setenta. Esta entrada va sobre Planeta.

En octubre de 1971 con su novela  “Seno” y bajo seudónimo de José Antonio  Zamurruza, un personaje de la novela, fue finalista del premio “Planeta” 1971. El ganador, por 3 votos contra 2, fue un hombre de “la casa”, J.Mª Gironella, cuyo título de presentación de su novela al premio fue La guerra nueva, pero que fue publicada con el título Condenados a vivir.

Pero hay varias sombras alrededor de este premio.

Un periodista del diario El Noticiero Universal de Barcelona (16 de octubre) explica algo que no deja  de ser raro. “Alguien dio la voz de que, contra todo pronóstico, el ganador iba a ser  Ramiro Pinilla, autor de “Seno”. Y el señor Pinilla, que ocupaba una mesa junto con su hija en el salón principal del Ritz fue abordado por no pocos informadores y fotógrafos. Tanto se le entrevistó que el señor Pinilla y su hija llegaron a creer por unos minutos que  la novela Seno había ganado”. La desilusión de padre e hija, al conocerse el ganador, fue enorme.

El pronóstico era que el ganador iba a ser el que fue, Gironella. Pero ¿quién fue el que dio el nombre de Pinilla como ganador y informadores y fotógrafos fueron a abordarle? Alguien importante o muy creíble debió ser para hacer que “no pocos” de la prensa  se lo creyeran… Esta es una.

Y ¿el señor Lara? Por si no hubiera suficientes anécdotas que hablan de su manipulación, cinismo  y partidismo en la concesión del premio de su editorial, aquí va otra.

En el  Diario de Barcelona del 16 octubre el periodista comenta “… de él (de Pinilla) dijo el editor  que podía haber sido el ganador del Planeta si hubiera dependido de él”

Parece ser, según la crónica del periodista del Noticiero Universal,  que Pinilla le agradeció a Lara su voto por su obra. “Me consta que Usted ha votado mi novela desde el primer momento”, le habría dicho Pinilla “Sí, hijo, sí, así ha sido… Pero ya has visto. Resignación”, le respondió él.

Y esto de que el editor había votado por Pinilla era voz corriente  en otros diarios. ¿Lo había propalado el Señor Lara? Seguramente.

Sin embargo, el diario  Telexpress de Barcelona (19 de octubre) publica una entrevista de Baltasar Porcel con el título LARA Y PORCEL FRENTE A FRENTE) donde el escritor mallorquín desmiente rotundamente el bulo:
-                    - Entonces, ¿ no fue Lara quien votó a “Seno”?- le pregunta el periodista.
-                             -    Por supuesto que no. Fui yo y, en el último momento, otro miembro del jurado.
-                            -     Qué razones puede tener el Sr Lara para afirmar que fue él quien le votó? ¿Evitar que              puedan creer que era un premio amañado?
-                            - Lo ignoro. Supongo que formará parte de sus intereses o de su genio publicitario.

Más claro, imposible. Por cierto, su novela “Seno” tardó cinco meses en ser publicada. “Ya nadie se acordaba de ella – solía decir Pinilla- Total,  que nació muerta” ¿Fue una maniobra del editor?

También hubo luces alrededor del premio.  Las luces las puso Pinilla.

Ramiro explica que Lara se le acercó, un tiempo después de la proclamación del vencedor y le metió en el bolsillo unos billetes, como para darle ánimo. En total 5000 pesetas. Luego resultó, se reía Ramiro cuando comentaba la anécdota, que le vinieron descontadas en el cheque que recibió como finalista. Y que el amo de Planeta le dijo algo así como: “Tú sigue escribiendo, Pinilla, que tienes madera”. Y el comentario de Pinilla, recordando aquel pasado, era: “como si a mí, lo sucedido, me fuese a afectar mucho en mis ganas de escribir”  Efectivamente tenía las ideas bien claras. Y demostró su raza de escritor de varias y diferentes maneras.

Y la segunda luz (ésta anécdota me la resumió Ernesto Maruri en un escrito) es como sigue.

El ganador no estuvo presente en la cena, en la proclamación. Estaba en casa, en cama, recuperándose, porque unos días antes, precisamente al salir de la editorial, había sufrido  un mareo en la calle y se había caído. Se despertó en el Hospital Clínico. Pues bien, Ramiro se entera y propone visitarlo. Va con Tico Medina, que conoce la dirección de Gironella  y el cronista de esta noticia, Pedro Lozano Bartolozzi. Parten los tres en taxi. A las 2 de la madrugada, el sereno les abre el portal. Suben hasta el ático. “Hay que tocar varias veces el timbre. Ramiro expone su temor de ser inoportuno.” – cuenta el periodista.Entramos en el piso. Gironella nos recibe en la alcoba, sorprendido y emocionado.
-           - Estoy acomplejado, no sabes cómo agradezco este gesto, siéntate aquí, en la cama -le dice a Pinilla.
-          
       Creo que es la primera vez en la historia de los premios literarios que el autor que obtiene el segundo puesto venga a felicitar a su casa al ganador”.
         
La observación la ha hecho Tico Medina, mientras Gironella dice a Pinilla que no se desanime, que todos hemos pasado por ese trance y que lo importante es seguir escribiendo. (La crónica de este hecho salió publicada en La Gaceta del Norte el día 17 de octubre.)

Poco sabía el ganador del Planeta del temple de escritor de Ramiro Pinilla. (De esto hablaremos en otra entrada)



sábado, 23 de enero de 2016

11 estudios sobre Ramiro Pinilla


                                                                                                                                                                                                                                         Portada


Libro imprescindible para acercarnos al "universo mundo" del escritor. Es una alegría comprobar que un escritor al que, a pesar de los premios literarios, los críticos no le han otorgado presencia en el mundillo de la literatura, haya conseguido que profesores del mundo académico hayan profundizado en su obra. Es alegría para sus lectores y justicia para un gran escritor.

Consta el libro de un prefacio escrito por Maria Bengoa, la mujer del escritor; una introducción de la coordinadora del proyecto y  10 estudios sobre libros suyos y uno sobre el clan de los Baskardo, "al cual pertenecía su creador" (El entrecomillado es mío)

En los paréntesis he recogido alguna referencia de Pinilla al título en cuestión. Si el comentario no es de él, he anotado el nombre del autor

                                                               SUMARIO

Ramiro Pinilla, el escritor que sabía escuchar
Por María Bengoa Lapatza-Gortazar

Introducción
Por Mercedes Acillona López

Estudios

Las ciegas hormigas de Ramiro Pinilla: un canto a la libertad natural
Por Iñaki Beti Sáez
, Profesor de la Universidad de Deusto (in memoriam)
 
 (* “En Arrigúnaga descubrí la Naturaleza, el sentido de la Libertad. Jaunito, el hijo de menor de la familia aldeana Arrune, de ese caserío; (chaval) activo, habilidoso buen pescador y cazador de pájaros, él me inició en ese mundo prehistórico que todavía manda hoy en mí”)

 Un relato criminal protagonizado por un detective adolescente. En el tiempo de los tallos verdes, la segunda novela de Ramiro Pinilla
Por Lucía Montejo Gurruchaga
, Profesora de la UNED
 
 (* ”Es un amplio relato, con fondo policíaco, donde reincido en la visión del mundo desde una perspectiva de un niño de trece años. Es una novela que se lee con gusto, creo”)

Seno. Un éxodo hacia la matria original
Por Mercedes Acillona López
, Profesora de la Universidad de Deusto
 
 ( *”La herencia de un caserío dará lugar al peregrinaje de los clanes familiares hasta la playa de Arrigúnaga, donde los ancestros se apareaban entre las olas y donde, ahora, sus tataranietas parirán todas al mismo tiempo para que  un infante afortunado herede la casa solariega.” Jorge G. Aramburu )

La saga de los Baskardo o la reivindicación de los orígenes
Por Antonio Garrido Domínguez
, Profesor de la Universidad Complutense de Madrid
 
(* “(…)los Baskardos de Sugarkea,el único clan que no evoluciona a través de los milenios para entender que los inventos del fuego, la rueda, el arco y la flecha, el hierro… todos limitan la libertad. Piensan igualmente que nos encadenan los dioses, las religiones, las patrias, los líderes") 

Una aproximación a las Primeras historias de la guerra interminable
Por Margarita Garbisu Buesa
, Profesora de la Universidad a distancia de Madrid
 
(*”Un racimo de cuentos alrededor de nuestra guerra”)

El hambre y la novela: Antonio B. el Ruso 
Por Juan Manuel Díaz de Guereñu
, Catedrático de la Universidad de Deusto
 
 (*”Un relato real sobre lo que me contó un pobre hombre perseguido por nuestra sociedad por carecer de los medios para defenderse de ella”)

Y Pinilla creó a Txiki Baskardo
Por José Ramón Zabala Agirre
, Investigador  (Hamaika Bide Elkartea)
 
 (*"También he publicado en Libropueblo,  Andanzas de Txiki Baskardo, cuentos sobre “una” historia de nuestro pueblo; en bilingüe”)

El fantasma del deseo: delirios nacionalistas en Huesos, de Ramiro Pinilla
Por Iker González-Allende
, Profesor de la Universidad de Nebraska
 
(*”Partiendo del argumento de la novela, en una primera lectura se podría pensar que Pinilla está criticando el franquismo, el cual provocó el ostracismo del nacionalismo vasco y la represión y ocultación de los contrarios al régimen dictatorial. Así, Ismael no saldría a la calle por la represión franquista durante la postguerra, ya que la guerra siguió existiendo en los supuestos años de paz” Iker González-Allende)

Verdes valles, colinas rojas y la identidad vasca plural.
Por Santiago Pérez Isasi
, Investigador de la Universidad de Nebraska
 
 (* “Es un largo recorrido por lo vasco, desde el salto de la vida de la mar a la tierra hasta el final de la industrialización de la ría y la aparición de ETA y sus primeros atentados.
He querido hacer una novela, que se ha dividido en tres por su extensión. Si el primer volumen arranca a finales del XIX, con la llegada de una misteriosa muchacha que dinamita la estacada sociedad vasca, y se realizan calas hacia atrás en el tiempo sobre orígenes y mitos fundacionales desde visiones nuevas, que nada tienen que ver con las que circulan habitualmente, en los dos siguientes se exponen las consecuencias de estos orígenes ancestrales en los personajes más o menos significativos de nuestra sociedad (…))”

Crimen y castigo en La higuera de Ramiro Pinilla: Del trauma y la ceguera parcial a una potencial clarividencia
Por Aitor Ibarrola-Armendariz
, Profesor de la Universidad de Deusto
 
( *Esto es simplemente una novela, que cuenta cómo un falangista se amedrenta con la mirada de un niño”) 

Metáforas marinas y metanovela policíaca en Sólo un muerto más
Por Jorge Chen Sham
, Catedrático de la Universidad de Costa Rica
 
(*(…) podría pensarse que Sólo un muerto más consiste en una traslación de las tramas clásicas del género negro a un escenario diferente del habitual, que los personajes en lugar de whisky beberán txakolí; en lugar de empuñar revólveres llevarán escopetas de caza; y en lugar de los policías corruptos, las palizas las darán los falangistas. Esto, de por sí, ya sería interesante y meritorio. Pero hay bastante más. Jon Bilbao)



miércoles, 23 de diciembre de 2015

En Punta Begoña el palacio Galeón de Pinilla


                                        “El palacio era innecesariamente inmenso, 
           más parecido a una ruina babilónica destinada a museo que a vivienda"

En la confluencia del  Muelle de Ereaga y el Paseo del Marqués de Arriluce quedan los restos de lo que fue la inmensa mansión de la familia Echevarrieta. Son las galerías de  Punta Begoña. El solar, encima de las galerías,  donde se ubicaba la inmensa casa, mansión o palacio señorial está ocupado, en parte,  por la urbanización Punta Begoña.

 Queda el gran salón que conserva sus paredes desconchadas, en las que se pueden ver algunos fragmentos de las pinturas que lo adornaban. Salón que era sólo lugar de reuniones con otros próceres para tratar temas económicos. A continuación hay una larguísima galería adornada con azulejos, muchos desgastados por el salitre o destrozados por vándalos humanos.   Por un pequeño paso se accede a una explanada donde debió estar la casa, mansión o palacio que ocupaba una extensión de 2.000 metros cuadrados. Las vistas sobre el entorno, a derecha e izquierda, son extraordinarias.

Este maravilloso enclave es escogido Ramiro Pinilla para situar el Palacio Galeón de su trilogía. “Era una masa ciclópea a espaldas de la playa de Ereaga, en la curva de la carretera hacia Neguri y Las Arenas. En aquel tiempo los embates del mar alcanzaban el emplazamiento del palacio, cuyo basamento era un murallón a modo de rompeolas, sobre el que un largo corredor, siguiendo la curva, permitía contemplar las olas estrellándose contra su base” (La tierra convulsa, 712- 713)


Cada vez más poderosa y rica, Ella, -aquella jovencita muerta de hambre que había llegado a Getxo y a la que el marido de la marquesa Oiandía, Camilo Bascardo, había dejado preñada-, se trasladó al barrio rico de Getxo, al de los potentados.  Fue en 1919 cuando “abandonó su amazacotada casona de Getxo y se trasladó, con todos los suyos, al Palacio Galeón, sin estrenar, de Camilo (Baskardo), y la paz volvió al cruce de Laparkobaso y cesó el lanzamiento de piedras de una casa a otra por parte de Ella todos los 25 de diciembre- aniversario de la procreación de Efrén, según las cuentas que sacaba el pueblo” (La tierra convulsa, 614)

Pinilla no se detenía en descripciones ni de personas ni de lugares pero, curiosamente,  algo le debió sugerir esta edificación para dedicarle estas palabras.  El palacio era innecesariamente inmenso, más parecido a una ruina babilónica destinada a museo que a vivienda, frustrado símbolo ensombrecido de un poder, con dos fachadas frontales en ángulo curvo y altura de cuatro pisos,  ambas de piedra con pesadas balconadas, rematadas en lo alto por una galería corrida de punta a punta, una acrópolis lóbrega incluso en días soleados, y, como anomalía, el acceso al gran jardín elevado a modo de sombrero, un inesperado cielo que comunicaba con el mundo. La espalda del palacio chocaba contra el monte y servía a éste de contención, por lo que carecía de luces por ese lado. Un templo que parecía estar obligando a los ajenos a sacralizarlo” (Los cuerpos desnudos, 323)

“Pero Getxo apenas nada sabía de lo que pasaba dentro de aquel edificio “con aire de panteón sellado” (Los cuerpos desnudos, 321-328)

 “Las noticias de lo que fue sucediendo en el Galeón  a lo largo de los años siguientes nos llegaron con cuentagotas. Por suerte disponíamos de la leyenda”, dirá Don Manuel, el maestro.

Unos fragmentos del diario de Aurelio Altube descubrirán más detalles, algunos insospechados y otros sórdidos de la vida en el Galeón, “de las inmundicias” y de “las negruras que escondía”… (Las cenizas del hierro, 541-572)

Aurelio, hijo de Roque Altube, es tutor de Cándido Bascardo Lapaza del Divino Cuerpo del Redentor,hijo de Efrén ; criados y doncellas pululan por el palacio; profesores jesuitas para Cándido; criados que escoltaban a la Criatura (Cándido) hasta la playa de Ereaga en sus baños en la mar; la conducta  sexual de la Criatura, el cerramiento dentro del edificio del híbrido Cristóbal, descendiente del macho de las llamas venidas del Perú y el rapto del animal por dos muchachos de Getxo; el fallecimiento, abrasado, del tercer hijo de Efrén…
  
Uno tras otro, los moradores han ido muriendo o despareciendo. Elisenda, hija de Efrén, había huído con su hijo de siete años, desnudos los dos, con el soldado que la había violado durante la guerra y que había regresado a buscarla. Efrén falleció” y muchos no lo creyeron”. Años después moriría su madre, Ella. Cándido, el heredero del imperio económico, que había ido a ver su Acería sentado, cual monarca en  un trono,  transportado por criados,   cayó en “la sopa de hierro” de su Acería cuando desde un pasillo superior supervisaba la industria. Un tropiezo de uno de sus criados hizo que se precipitase en aquella “lava viva y humeante a sus pies”.

Pero el palacio Galeón continuará habitado por herederos de Ella, venidos del Sur. (Las cenizas del hierro, 633 y 642,643)

Punta Begoña tiene una historia real y una historia inventada. Por su interior han paseado el industrial Etxebarrieta y el escritor Ramiro Pinilla.







lunes, 23 de noviembre de 2015

Verdes valles... 3. Las cenizas del hierro


Van pasando los años en los verdes valles…

En este 3r tomo de la trilogía, los personajes a los que Pinilla les da voz nos van metiendo en ese mundo que se va muriendo.

Asier, anarquista, es el contrapunto del maestro nacionalista Don Manuel en esa interpretación de la historia política y social de Getxo, en el objetivo de la guerra civil (“no era nuestra guerra”), en la denuncia del papel titubeante del PNV, en el posicionamiento de la gran burguesía industrial vasca ante la guerra, en la lucha antifranquista, en la aparición de ETA y el nacionalismo revolucionario. (Y no cabe duda de que cuando habla Asier de estos temas es la voz de Ramiro Pinilla sobre ellos, tal como le hemos oído en entrevistas).

Curiosamente hay alguna coincidencia personal (de las que yo conozco) entre el personaje y el escritor. Una es que los dos nacen en el año 23. Otra es que, cuando los batallones  italianos fascistas entran en Getxo y acampan en la explanada al lado del “viejo castillo”, invitan a comer macarrones a la gente que se acerca; el joven Pinilla entre ellos. (Asier también se acerca a comer (51)). Y una tercera  es la que explicaba Pinilla, al hablar de los ataques aéreos, que por el ruido de los bombarderos llegó la gente a adivinar cuál era el destino: la ría, Bilbao, Santander… Asier se hizo también “un experto en vuelos” (43)

De la mano de Moisés Baskardo nos introduce Pinilla en la convulsa personalidad de Martxel? de Jaso? , que ha retornado con su ama, la marquesa de Oiandía, se siente gudari y hace servicios en la Ertzaina; nos introduce en la desmemoria de aquel que ya no se acuerda de Oiarzena ni de sus gentes ni de la libertad de costumbres que se habían ido implantado en aquella casa pero donde volverá a vivir, y será testigo de la violación en Arrigúnaga de su hermana Fabi y su sobrina Flora por unos matones falangistas de Getxo y de la venganza que de ello se cobrará su sobrino Kresa, integrado en ETA. Al final de sus días, antes de morir dice: “Soy Moisés, ¿qué os parece?” (54)

En el palacio Galeón el diario de Aurelio (541-573) explica “las negruras que escondía el Galeón” “inmundicias” que la Criatura, Cándido Bascardo Lapaza Puerta Garzea del Divino Cuerpo del Redentor,  protagoniza. En el palacio  muere  Efrén, su padre, y más tarde Ella, la abuela, con 99 años; y del palacio huye Elisenda, su hermana, con el soldado italiano que, hacía unos años la había violado. Y nos enteramos de los orígenes de Ella y de  los nuevos habitantes del palacio y  herederos del imperio económico que la Criatura había dejado.

 Roque, ya mayor,  nostálgico de las huelgas del 90 siguiendo a Isidora (“Yo estuve en las mayores huelgas que se hicieron por aquí”, le dice a un obrero joven),  acude a las huelgas del 47 en Altos Hornos del Cantábrico y va a las Colinas rojas a repartir octavillas que le ha pedido a Asier, su sobrino, para la reivindicación del 1º de mayo.

Don Manuel Goenaga, el maestro es la última voz que explica que “el viejo mundo se moría”. Es el final de la “Edad del Hierro”, del declive de los “chatarreros”. De Europa llegaba el mandato de la Reconversión Industrial.

En los Altos Hornos se produce el desenlace fatal de la caída de la Criatura en “la sopa de hierro”, en el “caldo a mil grados” (631) cuando estaba visitando lo que iba a ser el Museo del hierro. Será en lo alto del monte Serantes donde será depositada la masa resultante, el Tocho. “Es el fin de una Era”. Son “las cenizas del hierro”, dirá Don Manuel. “Están ahí arriba”

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Este tercer volumen recibió el Premio Nacional de Narrativa de Literatura 2006.

miércoles, 28 de octubre de 2015

In memoriam…(día 24, la ruta literaria)




Ruta organizada por Anabel, de la Kultur Etxea de Villamonte, al cumplirse el primer aniversario de la muerte de Ramiro Pinilla. Lucía y yo haríamos de guías.

A las 11, comenzamos en la plaza de S Nicolás, cerca de la biblioteca donde están los números encuadernados de la revista Galea que él creó e impulsó. 17 años de vida en Getxo, la revista. Escritor y animador de escritura. “Copia pero escribe” repetía. En esta biblioteca están sus libros.

Alguien recordaba en la Avenida Algorta (Avda del Ejército) la librería Antares (la librería Beltza de Sancho Bordaberri de Sólo un muerto más. Aquí tuvo, un tiempo, su sede el  taller de escritura que durante 35 años dinamizó Pinilla

En el cruce de esta avenida con la calle Telletxe, en la otra parte, La Cadena, al lado de donde vive la Srta Mercedes , narradora en la introducción y epílogo en La higuera

Siguiendo por la calle de La Trinidad se divisa la torre de Los Trinitarios, destacando en el paisaje de Getxo y presente en casi todas sus novelas y torciendo por la Calle San Martín se llega a la escuela de niños y niñas donde Don Manuel, personaje muy querido por el escritor, y la Srta Mercedes enseñan.

Unos metros más y estamos en Cuatro Caminos, lugar anodino para el paseante pero “sacralizado” (me lo dijo tal cual) por Pinilla. Y ésta es la razón. Cuando venía en el camión con sus padres y enseres a pasar los veranos en un caserío cerca de la playa “yo recibía en el rostro la fresca brisa anunciándome  el mundo de la inocencia, el mundo de la libertad”

Desde aquí la bajada de Arrigúnaga y su excepcional panorámica, al fondo. En una casa, la de Biktor Abad, a la izquierda, nos comentó Lucía que había sido sede del taller literario de Pinilla.

Y llegamos a Arrigúnaga. Fue tanto el embrujo que esta playa ejerció en Pinilla que en Andanzas de Txiki Baskardo recrea la génesis de la vida en el mundo desde esta playa.”Aquí empezó todo”.

Al lado, en las campas de Arrigúnaga, el caserío de Arrune donde pasaba los veranos. Queda como testigo de aquellos tiempos una higuera. En este entorno sitúa su novela ganadora del Nadal del 60 Las ciegas hormigas.

Aquí en el bar de la esquina disfrutamos del paisaje y de unos pichos de tortillas (la mía de boletus, sensacional)

Con el hamaiketako la subida a la explanada de la Galea es pan comido. Y justo en el ángulo que forman los dos taludes de la playa, unos tamarindos. Aquí, me dijo el viernes un pinillista, escribió Pinilla parte de la obra premiada.

Cuando llegamos al cementerio algunos no sabían que Pinilla había sido incinerado y que no estaba su tumba. Pero de haber estado su tumba, él ya se habría marchado por el fondo hacia el mar, que es lo que pasa en las tumbas de los cementerios marinos con los allí enterrados. Es una de sus leyendas del cuento Recuerda, oh recuerda, presente en la Trilogía Verdes valles…y de fondo en El cementerio vacío.

Y ya bajandos hacia el barrio de Andra Mari (barrio de San Baskardo) pasamos cerca de esta seres prehistóricos, los Baskardo de Sugarkea, contrarios a cualquier innovación porque los avances traen ataduras y , por tanto, coartan la libertad.

Uno de sus ancestros fue crucificado por equivocación (“No creáis nada de lo que estáis viendo”, les decía a los suyos) al lado de un predicador cristiano pero  fue venerado como mártir, después. La iglesia se la dedicaron a él. La Iglesia de San Baskardo.

Cuando estábamos en la Ermita del Ángel y La Venta el tiempo se nos había echado encima. Después de explicar rápidamente la aparición de la Gran Madera en Arrigúnaga y la disputa de Etxe y Larreko por su propiedad, del milagro de Totacoxe en el gran Roble y de la construcción de una ermita para  dar fe del milagro y de la construcción de La Venta, para atender a los peregrinantes o visitantes fervorosos… nos despedimos.

(Nos quedaba por ir a la rotonda de Venancios donde está el Palacio de los Oiandía y, enfrente, el Palacio árabe de Ella (en la trilogía, claro) y para los más andarines, el Instituo Pio C. Baroja para explicar la bonita historia de sus dos higueras...)

Sabemos que algunos estaban en lista de espera para hacer la ruta. En la próxima nos podremos ver.




martes, 27 de octubre de 2015

Un año después. TOPAKETA/ENCUENTRO



Durante 18 años, Getxo había tenido una revista/periódico de publicación quincenal: GALEA. Ramiro Pinilla había sido el impulsor. Duró hasta el año 2000.

Este pasado día 23, por la tarde, la sala de la Kultur Etxea  de Villamonte reunió una buena cantidad de gente que había estado vinculada a la revista: fotógrafos, dibujantes, periodistas o aprendices de periodistas, escritores, colaboradores…

Todos los que quisieron hablar fueron rescatando recuerdos personales o de grupo… y fueron removiendo emociones, que, como siempre, hacen aflorar risas y, también, alguna lágrima. Y presente en todo momento el recuerdo de Ramiro Pinilla. Muy emotivo el encuentro, que fue conducido por  Lucía Martínez Odriozola, estudiante de periodismo en los inicios de Galea y hoy profesora de periodismo en la UPV.

Por allí intervinieron: Juanra, Javier, Carmen, Teresa, Bruno, Cristina, Reina, Arantxa, Paco, Ernesto, Juan Luis, Rami… (Seguro que me he dejado a algunos, disculpad)

El encuentro era la excusa para una primicia que se quería dar a conocer. La revista Galea había sido digitalizada. Anabel, la bibliotecaria de Villamonte,  lo explicó. Ya se podía visitar por la red. Así de fácil.

En la biblioteca de San Nicolás estaban encuadernados, por años, los ejemplares desde el número 7. Ahora me  comentó ella que han conseguido los 6 primeros números que faltaban.

Era en 1983 cuando salió el primer ejemplar. Vivió la revista hasta que en octubre del 2000, hace ahora 15 años, una bomba de unos cachorros de Eta destrozó el local de redacción.

“Un día me llama la ertzaintza  a las 2 de la mañana y me dice que han volado mi periódico con dos cócteles molotov. Fui allí y estaba todo quemado”.  Así lo explicaba Ramiro.

En el texto con título VEINTICINCO METROS DE LIBERTAD publicado en el último número- segunda quincena de octubre de 2000- se hace un inventario de lo quemado:
“Destrozaron todo lo que allí había: tres ordenadores, dos impresoras, un escáner, dos teléfonos, un fax, un archivo con las cuatrocientas revistas publicadas desde el año 1982 y un jarrón con flores frescas llegadas cada mañana desde el jardín de una casa de Andra Mari”.

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Dicen que hay flores cuyas semillas, enterradas,  pueden estar latentes durante años y que cuando encuentran unas condiciones favorables, reverdecen. Esto me vino a la memoria cuando al final del acto oí decir a alguien: “¿Por qué no hacemos una revista Galea digital? “