martes, 23 de diciembre de 2014

El taller literario de Pinilla


                               Foto de BRUNO FERNÁNDEZ. 
                               
La pequeña librería ANTARES de Jesús del Río - librería BELTZA de Sancho Bordaberri - fue, durante algún tiempo, lugar de reunión del taller de escritura que Pinilla había ideado.

Nació el taller en 1978 “con el propósito de reunir a todos aquellos que sintiesen vocación por la escritura”  “Ha sido escenario de lecturas, discusiones y críticas constructivas, de alegrías para muchos y desilusiones para otros”. En él “se lee, se habla, se escucha, se aprende de los demás, y, a veces, sorprendentemente, de uno mismo” “La libertad, la relación amistosa, la ilusión y el temor, la crítica… son los primeros puntos de nuestro inexistente programa”. (Notas sacadas de la contraportada del libro Al alba del amor y de la ira, 1982 de Mario Montenegro, asistente al taller y poeta. Me asegura Ernesto Maruri, otro asistente al taller durante varios años, que son palabras escritas por Ramiro Pinilla)

Van pasado los años, ya son veinte, y el taller continúa. Así es como Jesús del Río, el librero de ANTARES, explica en GALEA, la revista creada por Pinilla, la trayectoria y espíritu. (La foto de cabecera y el texto que sigue son de finales de los 90. Los encontré inesperadamente en el Facebook de Margarita Bravo(¿tallerista también?) El título del artículo es EL TALLER DE ALGORTA.- (Creo que Pinilla, desde la otra orilla, me ha echado una mano).

“(…) Los ciudadanos de esta república de las letras no necesitan usar carné y mucho menos pagar algún impuesto, y ejercen su libertad apareciendo y desapareciendo cuando quieren (o tienen tiempo). Los hay que vienen una sola vez, mientras que otros repiten asistencia con matemática regularidad.(…)

Tras haber comenzado su andadura en una de las salas del Aula de Cultura, sus reuniones han intrigado a chiquiteros y amas de casa con el café de media tarde en buena parte de los bares de Algorta. En los últimos tiempos extrañan a los viandantes que se asoman los lunes a partir de las ocho de la tarde al escaparate de la librería Antares. Y aun después, cuando el librero echa la persiana pasadas las diez de la noche, los más noctámbulos recalan en la taberna Ajuria, donde son siempre bien recibidos, y en cuya sala celebran recitales literarios.

 La mecánica del taller es bastante sencilla. Una vez establecido el quórum, digamos media docena de personas, cada uno de los participantes lee y somete a la opinión del resto sus escritos. Éstos resultan ser de los más variados: poemas, cuentos, fragmentos de novelas, teatro, aforismos, etc (…)

Continuando con el deje libertario hay que añadir que nadie en el  taller es presidente ni monopoliza las reglas de las verdades literarias, y que si las opiniones de Ramiro Pinilla son las más escuchadas se debe a una mera cuestión de lógica.

La mayor parte de los miembros del taller reconoce – aunque a veces a regañadientes, porque todo su autor defiende visceralmente sus creaciones- que esta discusión colectiva de sus escritos resulta beneficiosa”.

Y, de sitio en sitio, este taller literario, muchas veces con carácter nómada, va recalando en lonjas vacías o espacios que algún miembro o entusiasta les pone a disposición.  Así hasta cumplir 36 años.                                                                        

En Barcelona, en febrero de 2009, en uno de los actos en torno a la semana BC NEGRA, dedicada a la novela negra, – era reciente la  publicación  del libro Solo un  muerto más –, se celebró un coloquio con el tema: “Hay maestros y discípulos? ¿Realmente se puede enseñar a escribir?”

El coloquio giró, principalmente, sobre el taller literario  creado en Algorta hacía muchos años por él. En la mesa estaban Pinilla y un asistente al taller, Willy Uribe, y  dirigido por otro lector de Pinilla, el periodista vasco Jokin Ibáñez,

Pinilla deja claro que le disgusta ser considerado maestro de nadie. Explica que allí todos opinan sobre lo que los otros presentan. Y como es un espacio donde no se intenta contentar a nadie, a veces las críticas son duras. Pero se aprende a escribir.

Después de tantos años de escritor y a pesar de los premios recibidos (Mensajero, Sitges, Nadal, Crítica, Narrativa estatal, de Euskadi…), Pinilla se muestra fiel a los orígenes del taller, como espacio de aprendizaje colectivo.

De aquel taller han salido, entre otros: Willy Uribe, Jon Bilbao, María Bengoa, Lucía M. Odriozola.,Biktor Abad, Mario Montenegro, Marta  Barrón, Ramón Benito…, escritores conocidos. ¿Hay algún otro taller literario que haya producido tanto?

Si alguien quiere saber más de este taller, hay un texto extraordinario de Ernesto Maruri, El taller de escritura de Ramiro Pinilla: un espacio de libertad, en el que vale la pena entrar.

http://www.ernestomaruri.com/articulo.php?id=204&tipo=3&title=ElTallerDeEscrituraDeRamiroPinillaUn

¿Qué pasará ahora con el taller sin Pinilla ? Esto le había dicho a Maruri: Como “aquí no soy  el padre ni el maestro de nadie (…) tenéis todo a favor para continuar el taller sin mí”


Y según dijo el mismo Ernesto el día del homenaje y despedida.“Pues bien, este lunes 27 de octubre, el taller ha celebrado su primera sesión tras su muerte, y va a continuar”. 

domingo, 23 de noviembre de 2014

La librería BELTZA





                                            (foto cedida por Willy Uribe)

 En el segundo volumen de la trilogía, Los cuerpos desnudos,  se explica la muerte violenta de uno de los hijos gemelos de Roque Altube (332-338)

 Etxe, el tempranero, siempre el primero en bajar a la playa de Arrigúnaga a ver qué desechos había arrojado el mar, oye entre las rocas de la playa los gemidos de auxilio de uno de los gemelos, Leonardo. La marea había estado subiendo. Cuando llega hasta el lugar de los gemidos, el agua le está llegando a Eladio al cuello. Éste, está atado por el cuello con una cadena fijada a la argolla de Félix Apráiz, y, un poco más abajo, el otro gemelo Leonardo, “con la cabeza bamboleante a merced de la corriente” también encadenado a otra argolla de otra roca por el cuello.

¿Quién pudo ser el asesino? Porque era evidente que hubo un crimen. ¿No podía haber sido Efrén, al que habían estafado y pisado negocios los hermanos?, ¿tal vez algún socio, como los hermanos Ermo,  que se sienten engañados en los negocios conjuntos? ¿ algún cliente estafado? Según parece, ninguno de los dos tenía el menor escrúpulo para hacer “chapuzas, cambalaches y engañifas”.¿ Podía haber sido Félix Apráiz, harto de que le usasen las argollas de la roca,aquellas que tenía para ver si conseguía pescar al Negro, el gran congrio?

 Hubo un juicio pero el crimen no se resolvió. ... “ y así quedaron las cosas hasta que años después un librero de Algorta y fracasado imitador de la novela negra norteamericana, le dio por abandonar tramas inventada y pasarse a la investigación real, retomando aquel viejo misterio sin resolver, y teniendo más éxito que con sus ficciones. Resolvió el caso y lo convirtió en literatura”. (338)

Así dejó Pinilla el caso sin resolver en su trilogía. Fue en 2009 con su novela negra  Solo  un muerto más, cuando aquel librero de Algorta resuelvió el caso.

El pequeño espacio que hoy ocupa una tienda de comida y bebida selectas, fue hace unos años –gente lectora la recuerda- el local donde había una librería: ANTARES.  Este lugar, que extrañamente no tiene número propio (¿?) y que se encuentra al lado de un gran supermercado, está situado en la Avenida Algorta entre los números 69-71;

Ahí, en ese sitio, en el Getxo literario de Pinilla se sitúa la librería BELTZA. En el número 8 de la Avenida del Ejército, que es así como bautizó Franco “al trozo de carretera general que atravesaba Algorta” (…) “que fue por donde entró el suyo” (Las cenizas del hierro,163)

No se venden muchos libros en Getxo(...) Una única Universidad de jesuitas que moldean alevines de las grandes familias, destinados a dirigir el gran comercio y la gran industria, no puede, ni menos se propone, crear un clima propicio a los libros” “Sin embargo yo he abierto una librería en el corazón de Getxo” (Solo un muerto más, 26)

El que esto dice es Sancho Bordaberri, de los Bordaberri de Algorta. Será una librería dedicada, sobre todo, a la novela negra. El librero es un enamorado de ella y por encima de todo, de la americana.  Hammett, Chandler y pocos más,  son sus modelos preferidos a imitar porque él es escritor.

Es, sin embargo, un escritor frustrado de novelas policíacas. Las escribe  ambientándolas en la ciudad de Los Ángeles que él inventa porque nunca ha estado allí. No consigue que le publiquen ninguna. Le han devuelto la última, siguiendo “el mismo destino que las 15 precedentes”. Ha ido a la playa de Arrigúnaga para lanzarla lejos, al mar. Con una larga cuerda ha hecho un paquete con su novela y una gruesa piedra que le dé el peso suficiente para así quedar sepultada en “las tinieblas acuáticas”.

 Es entonces cuando sus ojos se fijan en una roca lejana. Es la roca de Félix Apráiz, con su argolla encastada en la roca, la que él usa para asegurar sus cadenas y hilos con anzuelos . Y es en ese mismo momento cuando Sancho recuerda que hacía algunos años, fue en 1935, había aparecido el cadáver de un mozo, allá entre las rocas y que, sin haberse resuelto el caso, (era claro que había sido un crimen), quedó en el olvido.

Cuando se decide a investigarlo, es ya 1945. Se transforma en el detective que había intentado crear en sus novelas, Vestirá traje, camisa, corbata y sombrero americano de un tío que se lo había traído de Las Américas. Y en esta trnasformación se cambia el nombre por el de Samuel Esparta, en homenaje a Sam Spade, el detective de Dashiell Hammett. Su secretaria en la librería, Koldobike, cambiará no su nombre, pero  sí su vestimenta .  Vestirá una falda negra de tubo y lucirá una  cabellera rubia teñida.

Y mientras el frustrado escritor de novelas negras va investigando, se va convirtiendo en el escritor de una novela que la va redactando en su mente, convirtiéndolo en literatura.

¿Por qué  ahí la librería BELTZA? Parece que la localización del lugar en la avenida es un homenaje al librero de la librería ANTARES, Jesús del Río,seducido también por el mundillo del libro y las letras, y a  la pequeña librería que fue, durante algún tiempo, lugar de reunión del taller de escritura y que Pinilla dirigía. (La próxima entrada será sobre el taller literario)

¿Quién es este escritor protagonista? ¿Es el mismo Pinilla, de joven, escritor de novelas policíacas con el seudónimo de Romo P. Gilca   "por aquello de que con seudónimo parece que se vendería mejor"?   “A los veinte años ya escribí una docena de novelas policíacas con seudónimo, de las que sólo se publicó una”. La dedicatoria del libro policíaco está dirigida a aquel joven escritor de veinte años Romo P. Gilca.

Y un curioso estudio sobre esta novela. Esther Bautista Naranjo, profesora de La Universidad de Castila-La Mancha, resalta en "Solo un muerto más o el Quijote en clave detectivesca"(2011) el paralelismo entre esta obra y el Quijote por aquello de tratarse de “dos héroes individualistas” que tratan de “vivir conforme a lecturas que han idealizado”, en palabras de ella. Ha recogido un apunte brevísimo de David Torres, que ella menciona. La frase es muy simple y corta. “Sancho Bordaberri se transforma en investigador privado merced a una metamorfosis análoga a la que llevó a Alonso Quijano a convertirse en Don Quijote”(Elcultural13,03,2009)  https://pendientedemigracion.ucm.es/info/especulo/numero47/muertomas.html




domingo, 26 de octubre de 2014

Adiós, Ramiro




Tu cuerpo te ha jugado una mala pasada.

Tenías la determinación de seguir adelante con tus proyectos de nuevas novelas,

y nosotros, tus lectores, los íbamos a estar esperando…

porque sabíamos de tu ilusión 

y de tu fortaleza de ánimo 

y de tu raza de escritor ...(Juan, tu yerno, me comentó que en el hospital les habías dicho a los tuyos que habías encontrado un final para una novela que tenías paralizada sin saber por dónde tirar)

Les decías a los médicos que te llevaran a Getxo, que ahí te curarías...

pero tu cuerpo ha dicho basta.

Esta es la despedida que desde aquí quiero hacer

a un escritor al que abordé un día de octubre de 2008  muy cerca de LA VENTA, en el barrio de SAN BASKARDO,

a un escritor que me regaló, aquel día, varias horas de conversación, con María, en la playa de ARRIGUNAGA

a un escritor  que, a través de otros encuentros, algunos  en su casa, me fue recibiendo como un amigo.


Adiós Ramiro,

tu cuerpo nos ha jugado una mala pasada. 

Adiós.


lunes, 20 de octubre de 2014

Tienda de Blasa, en el barrio de San Baskardo.




   "pues allí se presentó Camilo (Baskardo) en su birlocho con el cochero y otro ocupante”

En el barrio de San Baskardo de Pinilla hay un lugar mágico donde la inventiva del escritor se desborda: es LA VENTA; siempre presente en montones de páginas de su TRILOGIA y en todas las otras novelas de  este Getxo literario.


 Hay otros lugares de menor importancia en este barrio. Y uno de ellos es el que hay enfrente de La Venta. En una pared lateral hay pintado un nombre, “La taberna de Santi”. Hace muchos años este pequeño  edificio era una tienda antigua de las de pueblo, de las que te vendían de todo un poco.

En  sus innumerables paseos desde su casa hacia La Galea o siguiendo lo que antes era un camino asfaltado y ahora La Avenida del Angel, Ramiro Pinilla pasaba por delante de la tienda y me consta que también iba a comprar alguna cosilla que le faltaba. 

En este pequeño edificio, Efrén, formado en Inglaterra, hijo de Ella tenido con  Camilo Baskardo, el marido de la marquesa de Oiandía, ahora con 18 años, se dispondrá a montar una oficina con solo una mesa y tres sillas, sede de una compañía aseguradora “La Bolsa”. (La tierra convulsa, 659-676)

Un muchacho irá repartiendo unas octavillas anunciadoras de su inmediata apertura por calles, casas mercado, ferias… “Así fue como Getxo se enteró de la existencia de la compañía aseguradora que indemnizaba a las víctimas de rebaño de fieras..., o esto se creyó entonces” (659). El rebaño de fieras eran aquellas 28 llamas, que traídas de América para el indiano Saturnino Altube, habían causado grandes destrozos en casas, heredades  y campos de Getxo.

  La dirección de la compañía era: Sobre la tienda de Blasa. Barrio de San Baskardo. Allí acudieron los clientes a firmar un contrato en una cuartilla escrita por las dos caras con “letra ilegible de puro chica”. La firma de un contrato daría derecho a una indemnización. ¿Un engaño, el contrato?  Bastantes incautos, se dice que 97, lo firmaron. La cuota, 22 reales anuales.

Y hasta allí fue el padre de Efrén, con el que hasta ahora no había mantenido ningún tipo de relación, para firmar el contrato que le daría derecho a una indemnización por los destrozos en su mansión. "...pues allí se presentó Camilo en su birlocho con el cochero y otro ocupante” Pero parece ser que su abogado subió al piso, pero no firmó el contrato. Mala señal, pensaron muchos; “si el marqués no había firmado el contrato ellos tampoco debían haberlo firmado” (663)

Cuando un grupo de asegurados fue a cobrar la indemnización Efrén les dijo que su contrato les aseguraría de los daños producidos por un nuevo rebaño de llamas, que pueda,tal vez, llegar del Perú. La oficina no duró mucho.  “Supieron por la Blasa que había alquilado el piso por días y que le pagó veinte y que se despidió” (667) Y Efrén no había desembolsado  ni un real.

El maestro de Algorta redactó una carta (firmada por aquellos 97 clientes) a Efrén, solicitando la apertura de aquella o de otra oficina para asegurar que detrás de los contratos hay alguien que responde por ellos, si en un futuro viniesen más llamas.

Y ”al final de aquel octubre volvió a alquilar a Blasa el piso, que, esta vez, fue habitado por Angelo  Altube, el hijo natural que Saturnino mandó traer de  América en 1901 y que ahora tenía 10 años” Muy vivo y despierto, aparentaba tres o cuatro años más. “No sólo empezó a vivir en el piso sino que atendía la oficina; al menos, se sentaba en ella” (668) y parecía dominar “todos los resortes del negocio de seguros”. Pero, no fueron muchos los nuevos clientes. De 97 anteriores pasaron a ser 109. Aparte de eso, las crónicas getxotarras nada dicen  de la marcha de esta nueva andadura.

Sólo hablan del nuevo negocio ideado por Efrén y que el muchacho regentaría. “Alquiló a Blasa la lonja vacía de abajo ...” Sería el edificio, también, la sede de “la funeraria de San Baskardo”. La empezó con un “animal parecido a un caballo” y un “carro ruinoso” (673- 675) a los que, poco a poco, fue cuidando y mejorando. 

 Una funeraria que el niño supo sacar adelante en competencia con de la de los Ermo de Algorta, haciéndose con el servicio en el barrio de San Baskardo. El niño huitoto dejó sus cargos a los trece años. “Efrén reanudó los servicios de la funeraria con otro empleado pero ya no fue lo mismo” (676) La gente no olvidó a Angelo.


 (Muchas más cosas explica Pinilla en estas páginas y las siguientes sobre este niño , del que me dijo que podría dar mucho juego en una futura novela)

martes, 9 de septiembre de 2014

91 cumpleaños de Ramiro Pinilla



                           Ramiro Pinilla con María Bengoa 

“Dicen que nací el 13 de setiembre de 1923, que fue el día del advenimiento de la dictadura de Primo de Rivera. La relación que pudiera haber entre este susto histórico y el parto de mi madre es algo no aclarado en la familia” (La Gran enciclopedia vasca)

Desde entonces ha visto pasar dictaduras, una guerra y varias monarquías…Mucha vida por detrás y mucha por delante

Y aquí sigue él, incansable, en su vocación y lucha de escritor y con la  ilusión de un escritor principiante.

Tenía 88 años cuando dijo en una entrevista en ETB: “Yo no me considero viejo. Yo tengo muchos proyectos” 

Hay un proyecto ya cumplido. En octubre sale "Cadáveres en la playa" que ya está en preventa.

 Un amigo pinillista, Gabriel Pérez Urrutia, me ha enviado este link.
http://www.casadellibro.com/libro-cadaveres-en-la-playa/9788483839508/2359025 en el que se puede ver la sinopsis de la nueva novela del librero Sancho Bordaberri, metido a detective bajo nombre de Samuel Esparta.

Y cuando acaba alguno ya tiene otros proyectos en los que ha estado trabajando.

También Gabriel me envió este otro enlace. Es una entrevista donde Ramiro Pinilla comenta su nuevo proyecto  "Los inmaduros".
http://www.eldiario.es/norte/cultura/abuelos-moriran-continua-llegara-revuelta_0_222578390.html

Y más proyectos…El año pasado me comentaba Ramiro Pinilla que estaba dándole vueltas a un personaje de Verdes valles, que podría  dar mucho juego en una novela. Se trata de Angelo, el niño indio huitoto llegado del Perú, hijo de Saturnino Altube, del caserío Altubena, emigrado que vuelve a Getxo. En la próxima entrada del blog se habla sobre este muchacho.

Mientras tanto, sus lectores  vamos esperando sus novelas, escritos, entrevistas, comentarios con la certeza del disfrute que nos produce leerlo y escucharlo. Querríamos que su vida durara como la de los Baskardo de Sugarkea.

Así que...     ¡felicidades y larga vida a este gran hombre!


miércoles, 6 de agosto de 2014

... con Pinilla en la Kultur Etxea de Villamonte




La cita para el encuentro con Ramiro Pinilla era a las 11. Allí estábamos Josep, el amigo y fotógrafo, y yo. El grupo de lectores aún  no había llegado. Pasaban unos minutos cuando vimos a Pinilla llegando, ayudándose con su bastón, y María Bengoa.  “Hemos venido caminando porque Ramiro se ha empeñado”, comenta María. “Y ¿por qué no venir caminando?”, dice él. Habían tardado una hora desde el barrio de San Baskardo, donde vive el escritor. ( Si alguien no lo sabe, él tiene 90 años)

Una vez dentro, Sophy Villegas M., Coordinadora de varios clubes de lectura en Navarra hizo la presentación.
Hoy en esta visita a Getxo, vamos a cambiar las formas y nos vamos a presentar nosotros. Somos un grupo de lectores ávidos de historias, de conocimiento de intercambio de lecturas. Somos peregrinos en busca del Santón de Getxo….queremos que nos transmita leyendas, vivencias, conocimientos, las experiencias propias y ajenas, que nos hable de su Getxo natal, de cómo vivieron la guerra, la posguerra, la transición allí.

Sabemos quién es usted...un gran humanista, un escritor meticuloso, un hombre de ideas políticas claras, firmes y comprometido  con la verdad, con sus lectores, un trabajador incansable, enamorado de su pueblo, de sus playas y paisajes, de su familia que ha levantado solo, vendiendo huevos, trabajando en una fábrica de gas, en la marina mercante, y haciendo frases para cromos.

Un escritor que no se ha dejado avasallar por las editoriales, ni seducir por los innumerables premios obtenidos entre otros el Nacional de la Crítica Euskadi, Nacional de Narrativa, el Lan Unari del Gobierno Vasco… muchos reconocimientos …algunos tardíos ….pero que no lo han hecho cambiar en su trayectoria. Es un trasmisor de mitos orales, un contador de cuentos en los que el realismo mágico está muy presente. Un  multiplicador de conocimientos a través del Taller de Narrativa donde se han gestado y promovido muchos jóvenes talentos literarios del País Vasco, de ahí sacó a su personaje Ernesto Maruri, al cual invitamos a nuestro Club de Lectura de Yamaguchi en Pamplona para que nos ayudara a comprender  más sus escritos.

Usted opina, que “lo bonito es no ir a ningún lado”, no cree en nada, se confiesa ateo y agnóstico, sus libros destilan esperanza, paz, deseos de reconciliación y mucho amor y ternura. Y es por todo eso que estamos hoy aquí para beber de esas fuentes y seguir los pasos de nuestros colegas de la Biblioteca de Barañain que hace seis años lo visitaron, nosotros  hacemos parte de los clubes de lectura de Eugui, Burlada y Noain  de Navarra tomamos el testigo para contarle lo que hemos captado de sus libros, preguntarle por lo que se le quedó en el tintero, para regar la higuera que algún día dará brevas o higos y para contemplar sus verdes valles y colinas rojas y darle las gracias en nombre de tantos lectores que no han podido venir pero si disfrutan de su hermosa prosa e inconfundible estilo narrativo. Qué gustazo tenerle como anfitrión, somos lectores privilegiados. ¡¡¡Muchas Gracias, Ezkerrik  Asko!!!



A continuación pasamos a preguntarle por su libro La higuera, en particular y por su obra en general. Sophy es la que nos sigue explicando el  encuentro.
Nos habla el escritor de la elaboración de sus relatos, de los cuentos que escribe, de dónde saca los argumentos. Nos cuenta que en Octubre saca una novela policíaca (con Sancho Bordaberri  como investigador) en la que utiliza una verdad como mentira.
 Surgen preguntas de cómo escribe y nos cuenta de la estructura de sus novelas, de sus personajes, de las fichas personales que va creando con cada uno,  de la esencia del relato y la armonía que busca en él.
Va narrando con su voz inconfundible sus aciertos y dificultades al escribir,  nos cuenta de su marginación literaria voluntaria durante 20 años, pero de su inquebrantable vocación de escritor. También de sus escritores preferidos: Faulkner, García Márquez, Dickens, de John Dos Pasos,  Mark Twain.
Pinilla intercala en las respuestas sus vivencias personales, sus enfrentamientos con dos  editoriales, la creación de su editorial LIBROPUEBLO,  y la venta en plazas de sus libros en un tenderete con una pancarta que decía: “Los libros no son un negocio”.
Entre sus recuerdos de lo que ha escrito, los aportes de su compañera María a organizar su memoria y los comentarios de  Gustavo  se nos fue la mañana. Se nos quedaron muchas preguntas por hacer, pero Pinilla nos dejó un regusto literario en esta visita a Getxo, nos dejó interesados en leer  o releer sus novelas y cuentos, en conocer su  ciudad de donde saca sus historias y su sabiduría como ese gran escritor que admiramos y deseamos que muchos más lectores se acerquen a él. Vale la pena, Pinilla no defrauda, ni como escritor ni como persona.


martes, 1 de julio de 2014

25 lectores de Burlada, Eugi y Noain...


Un grupo de lectores (mujeres, en su mayoría, y 3 hombres) habían leído La higuera de Pinilla y le pidieron una entrevista al escritor. Yo asistí al encuentro.
Les pedí a las coordinadoras de este proyecto de lectura y contacto con el escritor un relato del por qué o cómo se había originado esta aventura literaria. Ana, Bea y Olga así lo explican: 

"Los motivos que llevan a los amantes de la literatura a escoger un libro no son siempre razonables, claros, directos, únicos. Los motivos que impulsan a los amantes de la literatura a buscar a un autor para hablar con él sobre su obra son igualmente múltiples y a veces extraños.

¿Por qué 25 lectores de Burlada, Eugi y Noáin embarcaron ilusionados un sábado primaveral para viajar hasta Getxo y conversar con el escritor Ramiro Pinilla? Muchos eran los porqués que nos animaban: por ejemplo, porque varios lectores eran fieles seguidores de la obra de Pinilla; y porque todos los que habíamos leído “La higuera” quedamos tocados de una forma u otra y decidimos bucear más por la bibliografía de Pinilla; y porque un escritor al que tantos premios habían reconocido —siendo al mismo tiempo tan injustamente poco conocido— nos despertaba curiosidad; y porque la figura pública de Ramiro Pinilla infunde ese respeto que también imanta… Y porque…

El caso es que queríamos acercarnos a Ramiro Pinilla. Pero querer y ser posible no son sinónimos. Por ello lo primero que hicimos fue contactar con Ramiro Pinilla para ver si su querer y el nuestro eran parejos, y por suerte nos encontramos al otro lado del teléfono con una voz cordial y rotunda que decía que sí, que estaría encantado de recibirnos. Y tal vez por estar encantado… resultó encantador. Y tan claro, y tan contagiosa su fuerza, y tan interesante su discurso, con la palabra justa, con el gesto justo.

Lo que no sabíamos cuando decidimos acercarnos a Ramiro Pinilla era que todo lo próximo a él nos iba a sorprender tan gratamente. Su compañera María Bengoa, gran conocedora de la obra de Ramiro, nos regaló su hospitalidad y el interés por divulgar la obra del getxotarra. Asimismo, Anabel Regalado, una de las bibliotecarias de Getxo, nos ayudó con las gestiones de manera que todo fueron facilidades para ser acogidos en un aula del Centro Cultural. Fue ella quien nos habló de que existía el pinillista Gustavo Iduriaga y movió los hilos para convertir ese sábado en el sábado perfecto: por la mañana tendríamos el encuentro con Ramiro Pinilla; por la tarde, una ruta literaria con Gustavo Iduriaga por el “Getxo de Pinilla”. Así, los lectores recibimos las impresiones del propio Ramiro Pinilla sobre el mundo, sobre su obra y sus personajes, y también les pudimos situar a éstos, ver lo que veían, caminar sobre sus pasos gracias al mapa oral que nos dibujó con precisión Gustavo Iduriaga.

En el viaje de vuelta nos dedicamos a saborear detenidamente la jornada que iba finalizando, con el multiperspectivismo que dan 25 miradas diferentes. Pensamos entonces que las razones que nos habían llevado a visitar a Ramiro Pinilla eran más que razonables, pero también que había algo más, ese “algo más” imposible de prever y que sólo se advierte después de vivir un momento especial. Hoy sabemos que fuimos porque “teníamos que ir”, porque si ese sábado hubiéramos permanecido en Eugi, en Burlada o en Noáin, no podríamos hoy evocar la actitud, la cercanía, las palabras y la escucha de Ramiro Pinilla, ni conoceríamos los lugares de su obra, ni hubiésemos compartido impresiones, lecturas y menú con María, Anabel, Rober, Gustavo y Josep…

La riqueza de los viajes literarios solo la conocen quienes la han experimentado, de ahí que sea tan difícil de transmitir con palabras. Por eso, y porque hay quien sí sabe encontrar las palabras, queremos recomendar el libro “Embarquen por la biblioteca: una aproximación a los viajes literarios” de Jesús Arana, bibliotecario de Barañáin y gran viajero literario que también hace ya años estuvo junto a Pinilla en Getxo, siendo Jesús quien, junto al resto de bibliotecarias de Barañáin, nos hablaron mucho y bien de su experiencia con Ramiro Pinilla, sumando así otro motivo (¡tantos ya!) para pasar un sábado maravilloso en Getxo al lado de Ramiro Pinilla después de haber leído una obra que deja huella en todo lector."


jueves, 5 de junio de 2014

Los Baskardo de Sugarkea


“Un día, el tipo que se rascaba mucho la cabeza vio a Bask pisar unas uvas para beber su líquido, y no solo inventó la palabra ARDO, vino, sino que la puso detrás de BASK, y desde entonces el antecesor de Txiki Baskardo dejó de ser sólo BASK para ser BASKARDO” (Andanzas…,31)

Muchos de los que conocemos algo de su persona y vida  creemos que  estos Baskardo tienen mucho de él

¿Quiénes son estos habitantes de ese su mundo ficticio y presentes en su mundo real?
“Los Baskardo de Sugarkea, el único clan que no evoluciona a través de los milenios para entender que los inventos del fuego, la rueda, el arco y la flecha, el hierro... todos limitan la libertad. Piensan igualmente que encadenan los dioses, las religiones, las patrias, los líderes...”, le respondió Pinilla a la periodista.

. “El que es capaz de llevar una vida más o menos solitaria y elemental en muchos aspectos como diversiones, comida, amores… en todo; el que es capaz de aguantar algo así es una persona fuerte, que no tiene necesidad de aditamentos, jolgorios ni colores. Y eso para mí es el fundamento de la vida. Partiendo de ahí aparecen los Baskardo de Sugarkea, que son los que preconizan y defienden lo viejo y anterior, esos que viven varios miles de años retrasados en la evolución de la especie y el progreso social”.

Es en su libro Recuerda, oh, recuerda donde les da vida. Este título recoge una serie de breve relatos que en 1975 publicó la editorial Ediciones del Centro.  Tusquets lo incluyó en 2011  con otro conjunto de relatos bajo el título Los cuentos.

Hay un último capítulo que tiene el mismo nombre del libro Recuerda, oh recuerda. Es el más extenso y donde va dando más pinceladas sobre estos seres. Que comparten tiempo con seres contemporáneos pero que  no se sujetan a los dictados y normas de la vida municipal; como Kume Baskardo, que quita los mojones que el Ayuntamiento pone limitando las tierras y no paga las contribuciones rompiendo “los recibos ante las narices de todos los cobradores e incluso los guardias “(82); seres que (…) son “el viejo residuo de una edad olvidada viviendo un anacronismo que le hacía parecer loco y alejado de personas y cosas y rebelándose contra todas las leyes y principios actuales”…(90)

(…) Y están tan anclados en su tiempo que es fácil ver que vienen de los bosques con venados que ni los viejos del lugar han visto porque son caza de otros tiempos ya pasados para los otros humanos y sus armas son hondas, mazas de piedra o madera, o trampas. Y se les puede ver pasar, indiferentes a lo que les rodea, con su pieza cobrada al hombro por delante de La Venta camino de Sugarkea.

(…) La choza donde viven con “huecos en los muros para la vajilla de barro, y un arcón-armario y una ruda mesa y unas banquetas de leños” (92) es la de misma  de sus antepasados hace miles de años. En ella hay  un fuego que siempre está encendido pero nadie sabe en el pueblo cómo se encendió por primera vez porque los Baskardo de Sugarkea no usan ni piedras de chispas ni mixtos. Esto era lo que se decía entre las gentes de Getxo.

El clan de los Baskardo de Sugarkea “con patriarcas que todos llegaban a centenarios… cada vez más arrinconados e incomprendidos…iguales los hijos a los padres…   que tomaban su pareja por primavera, que bajaban a procrear a la mar y que todos los hijos les nacían en febrero y se morían a la hora de la bajamar… humildes y desentendidos, encerrados en su mundo de Sugarkea, no despreciando lo que no conocían ni aceptaban, sino simplemente ignorándolo” (97-98) 

 Pero hay más leyendas que circulan por Getxo. Un  bertsolari se encargará de cantarlas cuando  ve pasar a Kume Baskardo por delante de La Venta donde están celebrando un banquete con la carne de las llamas andinas muertas en la casa del marqués Camilo Bascardo, esposo de la marquesa Oiandia. De pronto le vienen a su recuerdo las leyendas que sobre el clan de los Baskardos primigenios conoce y las va cantando: la de Sabel ,inventora del fuego, la del Baskardo que luchaba contra el lenguaje inventado, los símbolos del dios sol, la del diluvio que anegó el planeta, la  llegada de los tártaros y su dios Utzi, la de la aparición del nuevo Roble en el interior del territorio, la del martirio de un Baskardo, luego santificado, la de la oposición a la construcción de una iglesia en su nombre, la del  odio del Baskardo a que su siesta fuera interrumpida por las campanadas de la iglesia, la del registro parroquial de los nacidos y bautizados… (146-158).

Son leyendas que, años más tarde, Pinilla las recoge y amplía en Andanzas de Txiki Baskardo. En 1980 aparece el libro en edición bilingüe en su editorial Libropueblo .


Y están presentes, cómo no, en la Trilogía,  unas veces  con presencia física en la narración y otras veces Pinilla hace referencia a  costumbres y modo de vida de estos Baskardo de Sugarkea. 

viernes, 9 de mayo de 2014

Sugarkea

               

                                    Ilustración del libro Andanzas de Txiki Baskardo

“Dejamos atrás La Venta y luego la Iglesia... Estábamos en los límites de las  tierras de Sugarkea”  (La tierra convulsa , 421)

Hay espacios, lugares, que en la obra de Pinilla son fácilmente identificables porque existen en la realidad : la playa de Arrigúnaga, La Venta, la Iglesia, la Ermita, el cementerio... son algunos de ellos. Sobre ellos ha ideado el escritor su mundo de ficción dejando, cómo no, huellas de sus vivencias. Algunas de éstas  las sabemos y aquí quedarán a lo largo de este recorrido por su territorio. Otras quedan para sus biógrafos.

Pero, ¿dónde está Sugarkea?  Esta fue la pregunta que yo le hice un día en uno de los encuentros que hemos tenido.  “Yo la había imaginado por ahí entre los bosques de pinos” “Pero por ahí, ¿dónde?”  “Ahí, detrás de la Iglesia, pero más allá”

No me dio mayor explicación de su localización que la que aparece en la Trilogía. Uno de sus personajes, Jaso, el hijo pequeño  de la marquesa Oiandía  pasa por delante de la tierra que habitan aquellos seres prehistóricos y así lo comenta brevemente. “Cada uno piensa en lo suyo mientras paseamos por el camino de La Galea (...) Hemos dejado atrás la Iglesia y ahora estamos ante Sugarkea”. Ha ido a misa a la Iglesia de San Baskardo con su Ama, con su hermano Martxel y Román.   “Veo a cinco de ellos trabajando sus tierras. Unos, con pieles. Otros, desnudos. Nunca van a misa. Ni siquiera nos miran. Su casa no parece casa sino guarida de animales, con paredes de piedra y barro y techo de troncos cubiertos de maleza” ( Los cuerpos desnudos, 289)

Naturalmente que cuando comienza a imaginar su mundo, allá en la década de los 70, esta zona próxima a La Galea, tenía una mayor extensión de pinos que ahora, que era una zona más asilvestrada. El crecimiento urbano ha ido reduciendo su extensión. Cuando vuelve a Getxo, Pinilla viene con sus ideas de primitivismo y de contacto con la naturaleza y se instala en un territorio, cerca  de Sugarkea. 

 “Casi se juntan el bosque de pinos y las tierras de Sugarkea”.  Los dos hermanos, Martxel y Jaso, se adentran para intentar reconocer, tal vez, entre estos sus mujeres, la muchacha con su cara de vasca auténtica que el pintor bilbaíno Aurken pintó y cuyo cuadro tienen en casa. “En el grupo hay dos muchachas. Matxel y yo no les quitamos ojo para verles la cara.” Ellas los ven y van, desnudas, a ofrecerles fresas. ¿Son o no son la modelo? Matxel piensa que la inspiración le nació aquí”, aunque ninguna fuera la modelo del pintor. (Los cuerpos desnudos, 299-303)

¿Cuál es el origen del nombre de Sugarkea? Amai, una matriarca de la tribu había redescubierto el fuego, muchos años después del diluvio. Contrario a cualquier novedad, el macho dominante, la había despachado de la tribu yéndose a vivir a una caverna. Pero vino la Era del Hielo y el viejo macho estaba tiritando de frío cuando llegó Txiki con su madre. Ella llevaba  asida en su mano una tea con el fuego. El macho se acercó buscando la calor. Y así pudo sobrevivir con el fuego los cientos de años que duró la cruda Era del Hielo.  Desde lejos, los otros homínidos  de las montañas veían el humo y veían también las llamas. “Añade la leyenda que, como se localizaba la vivienda de esta tribu “por el humo y las llamas”, la llamaron desde entonces Sugarkea” (Andanzas...50). (En euskera, sugar significa llama y kea, humo)

Entre los habitantes del vasto territorio que incluía Sugarkea había un homínido pensante, “que se rascaba mucho la cabeza” (Andanzas…21), intentando discurrir cosas nuevas. Él fue quien  pronunció la sílaba BASK que era “como el estampido de las olas contra la playa” después de unos 100.000 años con aquel ruido metido en su garganta. Y lo pronunció señalando a Txiki.


Con el tiempo sería la tribu de Txiki sería la de los BASKARDO de SUGARKEA.