viernes, 13 de octubre de 2023

Una voz señera en la narrativa

 


Jon Kortazar, crítico literario y desde 1992 catedrático de Literatura en euskera en la Universidad del País Vasco.

He aquí una breve visión de la trayectoria narrativa que hace del escritor getxotarra:

Ramiro Pinilla constituye una de las voces más importantes de la narrativa vasca escrita en castellano y posee una trayectoria novelística de gran alcance y de proyección internacional en algunos momentos de su dilatada historia creativa.

 Mantenía una memoria afectuosa de Ramiro Pinilla, aunque lo traté poco; pero fui miembro del Jurado que concedió el Premio Euskadi de Literatura a la primera parte de Verdes valles, colinas rojas en 2005. Las crónicas dicen que fui Presidente del Jurado, y así mismo estuve en el jurado que concedió el Premio Nacional de Narrativa del Reino de España a la tercera parte de la misma obra en 2006, por lo que tenía un cierto conocimiento de su generosa obra.

RAMIRO PINILLA, UNA VOZ SEÑERA EN LA NARRATIVA

 En la dilatada obra de Ramiro Pinilla, la crítica especializada distingue cuatro etapas:

 1) Una primera de tanteo de su obra literaria. En ella se encuentran novelas escritas con seudónimo y distribuidas en quioscos como subliteratura. A esta época corresponden estas dos novelas: Misterio de la pensión Florrie (1944, publicada en edición de quiosco bajo el seudónimo de Romo P. Girca) y El ídolo (1957), que recibió un premio local, el Premio Mensajero.

 2) La consagración de Ramiro Pinilla llegó a través de dos prestigiosos premios nacionales. La novela Las ciegas hormigas consiguió el Premio Nadal en 1960, y la obra vanguardista Seno fue finalista del Premio Planeta en 1970 (sic). En medio, había publicado otras obras de género: El héroe del Tonkin (1961) y En el tiempo de los tallos verdes (1969), una novela policíaca con un detective adolescente como protagonista.

 3) Tras la muerte de Franco, y la publicación en Bilbao de una muy importante novela, Antonio B., el rojo, ciudadano de tercera (1977, censurada, debió titularse Antonio B. el ruso), Ramiro Pinilla decide romper con el mercado editorial y llevar a cabo una personal aventura. Funda junto al artista J. J. Rapha Bilbao la editorial Libropueblo, que busca la venta de los libros de manera directa con el público lector (Pinilla vendía personalmente los libros tras una pequeña y humilde mesa de camping) y a precio de coste. En esa pequeña empresa publicó, fuera de los

circuitos comerciales y nacionales, un puñado de libros: Recuerda, oh recuerda! (1974), Primeras historias de la guerra interminable (1977), La gran guerra de Doña Toda (1978), Andanzas de Txiki Baskardo (1980, edición bilingüe), Verdes valles, colinas rojas (1986, tomo 1). El escritor cuenta así su decisión:

 Pero yo vi que no estaba cómodo en el mundo editorial y como no tengo muchas ambiciones, con un amigo monté una pequeña editorial, Libropueblo. No lo hice para publicar cosas o de algún otro escritor que quisiera sumarse, sino para vivir tranquilo, publicar mis cositas sin tener que rendir cuentas a nadie, Aunque no gané nada, es una buena razón, la más importante. La Transición fueron otros tiempos, parecía que teníamos que salir a la calle. Llevábamos 40 años sin salir a la calle, sin hablar en la calle y creías que saliendo a la calle ibas a arreglar las cosas. 

(González, Enric: «Ramiro Pinilla y Enric González o los secretos de la vida»)

 4) Tras 30 años apartado de los círculos literarios, la editorial Tusquets relanza la carrera literaria de Ramiro Pinilla a través de la publicación de la magna trilogía Verdes valles, colinas rojas (2004-2006), La tierra convulsa, Premio Euskadi de Literatura en castellano, Los cuerpos desnudos, Las cenizas del hierro, que recibió el Premio de la Crítica (segundo que se le concedía) y el Premio Nacional de Narrativa, la recuperación de sus títulos desconocidos y la edición de nuevas obras: La higuera (2006), Sólo un muerto más (2009), El cementerio vacío (2013), Cadáveres en la playa (2014) un ciclo de novelas policíacas con el detective SamuelEsparta como hilo, que en la primera entrega investiga un crimen que dejó sin resolver en Verdes valles, colinas rojas: Los cuentos (2011) que reúne los relatos de Recuerda, oh, recuerda (1975) y Primeras historias de la guerra interminable (1977) y ¿cómo no?, la novela que examinamos hoy (2012) que también recibió el Premio Euskadi de Literatura en castellano.

 Lucía Montejo (sobre la novela de En tiempo de los tallos verdes) ha situado la narrativa de Ramiro Pinilla dentro de las estéticas de su tiempo:

Un ajuste de cuentas con el lenguaje ramplón de los epígonos del realismo social y una reacción en contra del experimentalismo agresivo que conducía a la novela a un callejón sin salida, al desdén por todo lo que en la novela pudiese haber de comunicación [...] Una narrativa, la de Pinilla, que oscila entre la influencia de Faulkner y la de García Márquez. 

 Una historia que contar y un estilo que la cuente con propiedad constituyen las dos bases fundamentales donde se construye el mundo novelesco de Ramiro Pinilla. Hay áreas constantes que se han mantenido presentes en su narrativa casi sin cambios, si se hace caso omiso de sus dos primeras creaciones literarias, cercanas a la experimentación. Hay una conciencia realista en la relación de las tramas novelescas, pero no está ausente una creación cercana al mito. El lugar donde suceden sus historias es siempre Getxo, una especie de lugar mítico y preciso a la vez, donde es posible hablar de existencia primigenia.

 NOTAS AL MARGEN:

1. Este texto es un fragmento del extenso artículo de Jon Kortazar publicado en el Boletín Hispánico Helvético, ISSN 1660-4938, volumen 33-34 (primavera-otoño 2019), pp. 183-204  

El título es Aquella edad inolvidable. Fútbol, nación, identidad en Ramiro Pinilla en el que "se examina la novela Aquella edad inolvidable de Ramiro Pinilla (1923-2014), una narración centrada en la historia de un futbolista retirado por lesión del Athletic Club de Bilbao, a fin de establecer algunas claves sociales del fútbol en la comunidad vasca: la fuerza identitaria del deporte, su influencia en la sociedad, su predominio en la creación de mitos en la infancia y en la transmisión de una conciencia política".

( He escogido sólo una parte del inicio del artículo en el que repasa la trayectoria literaria de Ramiro Pinilla)

2. Estaba yo perplejo sin entender su publicación en ese Boletín Hispánico Helvético y hoy mismo  una gran amiga de Bilbao, Mª Eugenia, me ha enviado por wasap un artículo que hoy aparece en El Correo y que me ha sacado de mi extrañeza e ignorancia: resulta que Jon Kortazar presentó un trabajo sobre esa novela ( la novela que examinamos hoy, se lee en el artículo) en un seminario sobre Deporte y Literatura organizado en 2018 en la Universidad St Gallen de Suiza.

 (Luego vendría, entiendo, la publicación de las ponencias en ese boletín).


miércoles, 13 de septiembre de 2023

"Dicen que nací el 13 de septiembre..."



                                      

                                    1923-2023   

         En el centenario del nacimiento de
      Ramiro Pinilla        









  
" Dicen que nací el 13 de septiembre de 1923, que fue el día del advenimiento de la dictadura de Primo de Rivera. La relación que pudiera haber entre este susto histórico y el parto de mi madre es algo no aclarado en la familia".



Celia López Sáinz. 100 vascos de proyección universal originarios. "PINILLA RAMIRO [Biografía breve]" (292-295). Bilbao: Editorial La Gran Enciclopedia Vasca, IX-1981

domingo, 13 de agosto de 2023

Luces y sombras en los VERDES VALLES

 


                                                        1923-2023   

         En el centenario del nacimiento de
      Ramiro Pinilla        




José María Pozuelos Yvancos. 100 narradores españoles de hoy. Palencia: Menoscuarto ediciones,  2010.

 José María Pozuelo Yvancos (Murcia, 1952), crítico literario y catedrático de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada de la Universidad de Murcia.

Explica el catedrático en el prólogo que ha reunido “una selección de las críticas que sobre narrativa española” publicó en el suplemento cultural del ABC durante los primeros años del siglo XXI.

Entre esas críticas, Pozuelo Yvancos comenta largamente (cada comentario ocupa entre dos y tres páginas) cada uno de los volúmenes de la trilogía Verdes valles, colinas rojas y también La higuera con sus luces y sus sombras. Cada comentario apareció  en el momento de la publicación del volumen; en él se anota el año y el número de páginas. En cada uno de los volúmenes de la trilogía hace el crítico un resumen temático que hemos obviado por razones de brevedad.


1.  La tierra convulsa, 2004, 744 páginas

“Se entiende, una vez leída esta novela, el largo silencio de Ramiro Pinilla. Porque es novela de aliento grande, de las que requieren una gestación cuidadosa”. Y aduce el profesor dos razones: una, “por su enorme extensión” y otra, “por su densidad, forzando al lector a acompañarlo en la desmesura de un proyecto, que en otras manos sería inviable quedando empequeñecidos los reproches que podrían y pueden hacérsele respecto a la prolijidad y excesivo puntillismo que alcanza a muchas de sus escenas”[...] “esta novela lee la historia toda del nacionalismo vasco como el enfrentamiento de los verdes valles, en que habitan los hombres de la madera (la sociedad rural primitiva) [...y las colinas rojas, que representan la s minas y la sociedad industrial de los hombres del hierro”.

Resalta que está “muy bien narrada”  tanto desde la perspectiva de diversos personajes como desde los registros “donde lo mítico alterna con lo histórico”. Y finaliza: “Quizá la literatura, y esta novela puede ser un ejemplo, acabe siendo lo que mejor pueda decir la historia de lo ocurrido en un lugar dorado cuando vinieron los siglos del hierro y muchos se negaron a elegir o quisieron que las viejas esencias dieran cobertura a intereses nuevos”. ( 376-378)

 

2. Los cuerpos desnudos, mayo 2005, 792 páginas

 Siendo este segundo volumen parte de una obra unitaria y con un tercer volumen previsto del mismo grosor, el autor aplaude “el arrojo  y proverbial pundonor del escritor y de sus editores”, pero , debido a su dimensión, resulta “en exceso prolija.  Podría decirse que si Ramiro Pinilla hubiera impuesto mayor contención, habría dado una obra maestra, porque es buena, pero muchos ratos se pierde en disquisiciones muy reiterativas” y en vicisitudes familiares “que llega en algunos momentos hasta la saciedad”. A nivel estilístico dice: “Continúa siendo muy eficaz la múltiple perspectiva asociada a los distintos narradores”(379-381).




3. Las cenizas del hierro, noviembre 2005, 646 páginas

Antes de entrar en el tema del tercer volumen y su valoración, hay un lamento inicial del autor en el que destaca que la separación de la publicación entre el primer y el tercer volumen “ha dificultado la claridad y la correcta intelección de lo que se lee. El lector [...] se ve obligado a titubear y se pierde en una maraña que le obliga a volver hacia atrás con excesiva frecuencia. Cosa parecida podría decirse de la crítica ”.

Después de hacer unas consideraciones sobre la trama y carácter narrativo,  pasa a hacer una valoración general de la trilogía afirmando que “ha sido devorada por su desmesura”. Y con sus luces y sus sombras destaca que “Ramiro Pinilla que es un escritor de primera fila, que ha dado una obra honesta como pocas, y con páginas antológicas, no ha cuidado la tensión necesaria, ni la jerarquía del interés del propio lector, que se ve desbordado por exceso, por sobreabundancia, a lo que colabora con demasiada frecuencia la estructura acumulativa, repetitiva, de hechos y situaciones”. Y finaliza en este claro -oscuro : “Con todo, no haber logrado en su desarrollo ser la obra maestra que el primer volumen prometía, no quiere decir que no haya que descubrirse ante un autor capaz de darnos la gran obra de su vida” (381-384).



La higuera, 2006

Comenta el crítico y catedrático en el inicio de su  comentario que el Premio Nacional de Narrativa que le dieron a Pinilla por el tercer volumen de la trilogía,  “posiblemente haya despertado un mayor interés” por esta obra “que confirma su valor literario”.

 Dedica a continuación, considerando que es un hijuelo de su obra magna, una vasta explicación a los personajes y al intríngulis de la novela, ambientada en la guerra civil. Pero más que realista, por el tema, dice el crítico que tiene “un mayor valor simbólico, al construir, una trama menos verosímil, por exagerada, pero muy eficaz: cómo el sufrimiento de culpa modifica la vida de uno de los asesinos”.

 Y al final del extenso comentario destaca los recursos usador por el novelista, “recursos casi teatrales”, “para lograr dinamismo.

 

NOTAS AL MARGEN

 1. Ese “largo silencio” que atribuye a Ramiro Pinilla en el comentario del primer volumen, que justificaría, dice, una obra de tal envergadura, tal vez no sepa el catedrático que ese silencio no fue tal, que iba escribiendo y publicando en editoriales pequeñas novelas que desembocaron en esta trilogía. “Todas mis obras desembocan en Verdes valles”, había dicho Pinilla en más de una ocasión.

- Es curioso resaltar que el apunte sobre la utilización de “recursos teatrales” que el catedrático menciona en su comentario de La higuera, Ramiro Pinilla ya lo había destapado en una conversación mantenida en 2004, cuando estaba ideando la novela. La veía cinematográfica. Y en 2017 se hizo una película basada en ella.

-------------------------------                     -----------------------------

 

jueves, 13 de julio de 2023

"Una pasmosa lección de perseverancia y energía narrativa"


                                   1923-2023   

         En el centenario del nacimiento de
                 Ramiro Pinilla                                         



Jordi Gracia y Domingo Ródenas. Historia de la literatura española. Derrota y restitución de la modernidad 1939-2010 (Vol 7). Dirigida por José Carlos Mainer. Madrid: Editorial Crítica, 2011.

 Jordi Gracia (Barcelona, 1965) es catedrático de literatura española en la Universidad de Barcelona 

Dentro del capítulo I, Historia y sistema literario, en el apartado 3 , En la posmodernidad, y en este bajo el título de Nuevos formatos y nuevos públicos: mercado y literatura, el autor afirma: “la literatura se abrió sin vergüenza al mercado” y comenta sobre el premio Planeta “la plataforma mediática que transforma el estatus del escritor que lo obtiene y el del finalista”.

Y este es el comentario sobre ese premio citado:

 “ A excepción de algún nombre aislado, hasta entonces (hasta finales de los sesenta) el Planeta mantuvo un carácter muy regular: escritores con poco fuste literario, proyección social o mediática previa, formato narrativo clásico y casi ninguna intención propiamente literaria. Excepciones las hay (cita a Aldecoa, finalista en 1954), aunque sin demasiada continuidad y muy poco determinantes del curso literario, como fue el caso de (cita a Andrés Bosch, Carmen Kurtz, Luis Romero) o de Ramiro Pinilla, que fue finalista en 1971 con una fábula dramática sobre la nostalgia de lo materno estable y central, encarnado tanto en el mar como en la tierra, Seno(p.251)

 Ya en páginas posteriores, dentro del capítulo II, Autores y obras, y en el apartado 3 La literatura de la democracia, y en este bajo el título Una lírica desatada y el subtítulo Algunas restituciones hacia 1950, se centra en la literatura de Ramiro Pinilla:

“En 1961, con una única novela a sus espalda (El ídolo, 1958), obtuvo el premio Nadal y el de la Crítica por Las ciegas hormigas, donde se acusaba la huellas Faulkner en la prosa y en la configuración de un espacio humano comunitario de fuerte enraizamiento en el medio natural y presidido por la insuficiencia y el fracaso. Aunque el autor ni se eclipsó ni se aisló por completo (en 1969 ensayó una novela policíaca En el tiempo de los tallos verdes, en 1975 intensificó el tratamiento mítico de los pobladores de un territorio en los relatos de ¡Recuerda, Oh recuerda!), lo cierto es que tuvo escasa repercusión. En 1977, a contracorriente del formalismo aún rampante, pareció retroceder a la poética del realismo social en Antonio B. el Rojo, ciudadano de tercera; sin embargo, aquel libro era más bien un especímen de "non fiction novel" que reconstruía la andadura vital de un hombre que, en la España rural de la posguerra, había sufrido toda suerte de vejaciones e iniquidades por parte de la “justicia” franquista. El testimonio de ese desdichado Antonio B. no evita las escenas truculentas pero tampoco se regodea en ellas, porque el objetivo es hacer la crónica de uno de tantos casos singulares de represión bárbara y ultraje de dignidad.

Pero la imaginación literaria de Pinilla trabajaba mejor con complejas tramas colectivas de significación simbólica que con individuos. Así, en los años ochenta está ya enfrascado en la construcción de un vastísimo proyecto novelístico del que dio un avance en Verdes valles, colinas rojas (1986). Bajo ese nombre iba creciendo la obra durante dos decenios, hasta que en 2004, en una pasmosa lección de perseverancia y energía narrativa, empezó a publicarse,  por razones editoriales (¡las más de dos mil quinientas páginas que ocupa!) en tres partes: La tierra convulsa (2004), Los cuerpos desnudos (2005) y Las cenizas del hierro (2006).

Verdes valles, colinas rojas es un empeño anacrónico y magnífico, una vasta novela-río ubicada en el País Vasco, una narración recorrida por el telurismo ancestral, por un designio mítico-fundacional, por la que fluyen las generaciones de dos familias, los acaudalados Baskardo y los humildes Altube, los vástagos, legítimos unos, bastardos los otros, entretejiendo sus destinos para urdir así el tapiz intrahistórico del País Vasco.

En el sucederse de los triunfos, las desgracias y la muerte, de personajes shakespeareanos (la ambigua Ella, factor desencadenante al quedarse embarazada) y de encarnaciones de tipos sociales como el intelectual irresoluto, se asiste a la ondulación de la vida colectiva de Euskadi durante el siglo XX, desde el nacionalismo de Arana, el auge de la industrialización metalúrgica y el crecimiento de de una burguesía conservadora (y cómplice de Franco) hasta la represión de la posguerra, el surgimiento de ETA, la crisis industrial, el nuevo Bilbao, el museo Guggenheim y las oscuras sombras del terrorismo... El panorama histórico y social que abarca da la impresión de totalidad y de objetividad narrativa, no porque Pinilla haya recurrido al expediente de la impasibilidad narrativa, sino porque, muy al contrario, la multitud de narradores y perspectivas, junto al distanciamiento que interpone el autor implícito, logran que el conjunto parezca venir de una fuente externa y como indiferente al tiempo. Si por un lado la polifonía y la turbamulta de personajes impiden una visión unilateral de la realidad vasca, por otro esa realidad se enriquece con un tratamiento próximo a veces al realismo maravilloso. La falta de entendimiento entre las gentes del valle y las de las minas (las “colinas rojas”), entre la oligarquía industrial y la Euskadi rural, son descritas en el escenario de Getxo, que adquiere las características simbólicas de una sinécdoque espacial. (págs. 768-770)

 

martes, 13 de junio de 2023

" La indeclinable actitud de ir a su aire"

 

                                                     1923-2023   

         En el centenario del nacimiento de
                 Ramiro Pinilla                                         





Santos Sanz Villanueva. La novela española durante el franquismo. Itinerarios de la anormalidad . Madrid: Editorial Gredos, 2010

Santos Sanz Villanueva deja claro en este libro que ha seguido la trayectoria literaria y personal de Ramiro Pinilla, seguramente para ser consecuente con darle la importancia literaria que debería tener y el hecho de "no tener el eco que merece", según sus palabras. Cuando el libro se publica el autor es catedrático, ya desde 1992 de la Universidad Complutense.

El capítulo III tiene por título La novela en el medio siglo y, dentro de él, en el apartado 4 analiza: Formas narrativas no mayoritarias del medio siglo. Y así comenta la obra de Ramiro Pinilla:

“Entre los más singulares narradores del medio siglo figura el bilbaíno Ramiro Pinilla (1923), nombre apenas conocido hasta hace cuatro días (o mejor, olvidado, pues no le fue ajena la notoriedad hace unas décadas) a pesar de una larga y prolífica trayectoria, galardonada en los años sesenta con premios populares (el Nadal, finalista en el Planeta). Su olvido reciente tiene un par de explicaciones. Por un lado, hace al menos un cuarto de siglo que decidió un voluntario apartamiento de la sociedad literaria y de los mecanismos habituales en la difusión de las letras; con ello rechazaba las prácticas editoriales comunes que había sufrido en su propia carne y a raíz de las cuales fundó unas fracasadas Ediciones Libropueblo con el expreso propósito de publicar a precios no comerciales. De este modo se reafirmaba en una soledad e independencia orgullosas. A esta marginalidad buscada, se añade otra razón muy distinta: el carácter de la escritura de Pinilla está fuera de los registros comunes en nuestra literatura. En la ideación, prefiere la inventiva de raíz mítica asentada entre el símbolo y la alegoría. En el estilo, se inclina a un fraseo nada sintético, faulkneriano, más cerca de Benet que de Baroja. En la problemática, le interesa un análisis antropológico que se dilata hacia los orígenes mismos de nuestra naturaleza con el ambicioso propósito de hacer una especie de epopeya de la humanidad desde su aparición en el planeta hasta estos tiempos actuales de degradación, según su manera de ver la sociedad de la era industrial.

La indeclinable actitud de Ramiro Pinilla de ir a su aire, de seguir los modelos que su gusto le ha venido dictando, la fe insobornable en la libertad del escritor como requisito básico de su trabajo y el apartamiento de capillas literarias confieren a su figura un lugar independiente en la prosa castellana de medio siglo. Tan independiente que, cuando predomina el realismo y el objetivismo, se lanza a la figuración fabulística de expresión verbal compleja (Las ciegas hormigas) y, por el contrario, cuando el realismo tradicional anda en declive da uno de los más atroces testimonios de la degradación material y moral de la España rural bajo el franquismo (Antonio B., el Rojo, ciudadano de tercera).

(...) escritor de temprana vocación que ya publicó, bajo pseudónimo, una novela policíaca, en la estela de su afición como lector, a mediados de los cuarenta, gusto al que mucho más tarde ha tributado homenaje en una obra de investigación criminal Sólo un muerto más (2009), que aborda con guiños al género, el esclarecimiento de un punto suelto e incidental de la saga de Getxo que luego comentaré, el intento de asesinato de dos hermanos. Tras aquellos remotos inicios (en los que también hizo novela popular del oeste), se dio a conocer con su nombre en 1957 con El ídolo. Una primera etapa de su obra, la que se dilata por los años sesenta y comienzos del decenio siguiente, se inscribe en el mundo imaginario y mítico de su preferencia, al cual llegó a través de la lectura absorbente y admirativa de William Faulkner, y bajo el  impacto temático y estilístico de Mientras yo agonizo. En ella figuran Las ciegas hormigas (1961), [...] En el tiempo de los tallos verdes (1969) y Seno (1971), esta última firme en su sustento fantaseador o fabulístico, aunque ahora bajo otro estímulo, el realismo mágico de la recién llegada narrativa del boom hispanoamericano.

La visión mitológica de Pinilla continua en los años setenta con ¡Recuerda, oh recuerda! (1975), obra seminal de la aludida serie (la saga de Getxo), pero que tiene un jalón testimonial en Antonio B., el Rojo, ciudadano de tercera (1977). Aquí el autor se entrega, excepcionalmente y con un trabajo sin resquicios formales o inventivos, a un realismo de corte documental y crítico que supone continuación o auténtico rescate de la literatura de denuncia del medio siglo que Pinilla no había seguido en su momento.[...] Un marginado social que había sufrido injusticias extremas desde su niñez y en la adolescencia en la alta posguerra le propuso a Pinilla contarle su vida y que este le diera forma [...] La terrible biografía de Antonio constituye un alegato contra las condiciones de vida de la España franquista.[...] Los comportamientos de las fuerzas vivas locales, la Guardia Civil, los jueces y la Iglesia, arrojan un documento social con valor de alegato y denuncia de los más nítidos y comprometidos de toda la literatura española reciente.

En cualquier caso, Antonio B. constituye una muestra del que tal vez sea el gran motivo absoluto de Pinilla, la libertad, uno de los ejes sobre los que el autor monta su gran serie mítico-legendaria-histórica sobre el País Vasco y el nacionalismo centrada en el lugar del residencia del escritor, la bilbaína localidad de Getxo.

La serie, que desemboca por el momento en una vasta trilogía, es muy compleja y se desarrolla como por impulsos de ir ampliando una materia fundacional. Le valdría la imagen de las ondas concéntricas que forman las piedras lanzadas a un estanque.

Verdes valles, colinas rojas asume con ambición faraónica el empeño de mostrar el desarrollo de la sociedad vasca desde el último tercio del siglo XIX y hasta fechas cercanas a las nuestras, ello sin olvidar, a la vez, las raíces étnicas milenarias. El moroso relato de episodios mágico-legendarios cede el protagonismo a la proyección sobre el mundo reciente de la dicotomía anunciada en el título. Dos sagas familiares de legendarios orígenes se contraponen. Por una parte la etnia de los Baskardo, asentada en su espacio primitivo, San Baskardo (territorio imaginario superpuesto a la actual Getxo), comunidad orgullosa, independiente, feroz en la defensa de sus peculiaridades. Por otra, la saga del Altube, enraizada en un medio económico y social rural. Alguien de cada una de ambas familias quebrantará la tradición propia. Los respectivos mundos que representan, la industria y el campo, entran en los convulsos tiempos contemporáneos. La historia novelesca va contraponiendo el mundo de la naturaleza y el de la industria, la tradición y la modernidad, la economía rural y la industrial, la población originaria y la emigración laboral, el tradicionalismo burgués y el socialismo. La trilogía se recrea en reconstruir el fin de un tiempo edénico y el arranque de un futuro inquietante, si no abiertamente adverso.

Esta dilatada y abarcadora panoplia de asuntos remite a las incertidumbres generales del País Vasco en la pasada centuria con ánimo abarcador de una problemática compleja. Sin entrar en matices, Pinilla se manifiesta contrario al nacionalismo en cuanto actitud sostenida sobre la fe. Apuesta por la libertad desencorsetada de esa fe que impide las decisiones independientes. Además, el referente concreto, incuestionable y básico de la novela, el País Vasco, no constriñe el sentido de esta a ese lugar específico, sino que de nuevo traza una parábola de la existencia humana en su globalidad. Semejante empeño temático se aborda con un tratamiento literario donde conviven lo legendario y lo documental, y donde las múltiples historias personales de ambiciones sin límite, amor y odio, riqueza y miseria, sirven a un retrato colectivo.

La obra de Pinilla representa, en el curso de la narrativa española de postguerra, la viabilidad de modos diferentes a la corriente mayoritaria. También aclara algo importante: que solo una inquebrantable decisión dispuesta a asumir el alto coste de mantener con firmeza una postura propia permite sobrevivir a las convenciones dominantes.

 (págs 297-301)

 NOTAS AL MARGEN:

1. El seguimiento de la andadura (en parte) de Pinilla por parte del catedrático llega hasta 2009, año de publicación de la novela policíaca Solo un muerto más, ya que, como él explica, "las referencias a las obras de los escritores comentados alcanzan hasta el día de Todos los Santos de 2009, fecha en que se cierra esta introducción". 

  2. Esta es una portada de Mientras agonizo, la obra de W. Faulkner que está en el origen de la novela de Pinilla Las ciegas hormigas.

(El carro de la portada me recuerda el carro con la carga de carbón de la familia Jauregi por la llanura de La Galea)


sábado, 13 de mayo de 2023

"... no ha obtenido el eco que merece"

 

                                                   1923-2023   

         En el centenario del nacimiento de
                 Ramiro Pinilla                                         



Santos Sanz Villanueva. Historia de la literatura española, (Volumen 6/2). Literatura actual. Barcelona: Editorial Ariel, 1994, 5ª edición.

Santos Sanz Villanueva (1948- ), cuando se publicó la primera edición de esta Historia de la literatura española, dirigida por R.O. Jones, en 1984, era profesor adjunto de la Universidad Complutense de Madrid. 

Su comentario sobre Ramiro Pinilla está centrado en el capítulo 2,  La novela, y dentro de él, en el apartado 3, La novela de los años cincuenta, con un subapartado de título Al margen del realismo tradicional:

“ Ramiro Pinilla (1923) pertenece también, con cierta flexibilidad , a la generación del medio siglo, pero su obra se desarrolla al margen de las tendencias novelescas más  habituales en el tránsito de los cincuenta a los sesenta, por lo que la suya es una voz no solo personal sino bastante solitaria. 

Su obra narrativa puede inscribirse entre las formas literarias surgidas de la inoperancia del realismo tradicional y ofrece una alternativa de indudable originalidad. La novelística de Pinilla, de mediana amplitud, no ha obtenido el eco que merece y por su preocupación por el estilo y por la construcción debería ocupar un más destacado lugar, al menos entre la crítica académica, que hasta ahora no ha logrado.

 Los primeros libros de Pinilla coinciden, temáticamente, en un análisis de de la concepción de la vida del pueblo vasco, al que reviste de unos caracteres casi épicos. Sobre ellos forja Pinilla unas historias llenas de garra, cuajadas de intensos y sombríos dramas humanos y emplaza todo ello en ambiente pleno de misterio que recuerda en más  de un momento la novelística de Faulkner. Sus tres primeros libros, Las ciegas hormigas (1961), En el tiempo de los tallos verdes (1969) y Seno (1972), densos y de cierta exigencia para el lector, prueban la presencia de un escritor de potente fuerza imaginativa y bien dotado para la creación de espacios novelescos de carácter mítico. Ramiro Pinilla ha escrito también relatos cortos (recogidos en ¡Recuerda, oh recuerda! (1975); Historias de la guerra interminable,(1977) y novela breve de concepción fantástica e imaginativa, La gran guerra de Doña Toda (1978). Algo distanciado de sus planteamientos iniciales, su libro más ambicioso tal vez sea el voluminoso "Antonio B... “el Rojo”, ciudadano de tercera (1978), de un realismo más inmediato, de enfoque crítico y con destacados registros irónicos”. (p.151-152)

 NOTAS AL MARGEN:

1. Advierte el entonces profesor adjunto en el prólogo del volumen que "la referencias llegan hasta los últimos meses de 1983"

Por estas fechas Ramiro Pinilla ha roto su relación con las poderosas editoriales Destino (premio Nadal 1960) y Planeta (finalista 1971), publicando sus novelas en editoriales pequeñas, alejadas del panorama literario. Sin embargo, esto no fue impedimento para que Santos Sanz Villanueva siguiera la  trayectoria novelística. Y menciona tres de estas novelas publicadas en ese casi "destierro voluntario" escogido por el escritor getxotarra.

Esta novela, en palabras de Pinilla "es el huevo, la semilla de todo lo que vino después. Es el resumen de los Baskardo y de la esencia de Verdes valles, colinas rojas, sobre todo del concepto de libertad."

Estos son los títulos:

- Nombre                                                                                                       - El viaje                                                                                                         - El pez                                                                                                           - Recuerda, oh, recuerda                                                                           - El megatafio

(Publicada por Ediciones del Centro, Madrid)


Así resumía Pinilla el carácter de estas historias: " Un racimo de cuentos alrededor de nuestra guerra [...] que suceden en la Guerra Civil y primera posguerra".

Estos son los títulos:

. Julio del 36
. Una lección de historia
. Coro
. Cópula
- La Chipinita
- Euskera ez
- Los delirios del cura de San Baskardo
- Gernika

(Publicada por Luis Haranburu Editor, Donosti)


(En 2011, la editorial Tusquets publica los dos libros en uno con el título Los cuentos)



Y es en estos años (1978-86) en los que se  embarca en la creación de su editorial Libropueblo-Herriliburu . 

(Portada y contraporta del del número 2. En esta con la dedicatoria de Ramiro Pinilla al comprador) 

 





  2. Santos Sanz Villanueva, unos años más tarde, en un libro del que hablaremos en la próxima entrada, le dará a Ramiro Pinilla "ese eco que merece". 

 

jueves, 13 de abril de 2023

..." a partir de un lugar geográfico delimitado"

                                                  1923-2023   

         En el centenario del nacimiento de
                 Ramiro Pinilla                                         

                                                                                                                                           



Jean Canavaggio et alii. Historia de la literatura española.  El siglo XX (tomo VI). Barcelona: Editorial Ariel, 1995, 1ª edición. Edición española a cargo de Rosa Navarro Duran.

Jean Canavaggio (1936-  ) era miembro, en 1995, de la RAE y catedrático de la Universidad París X. Dirigió esta obra en seis tomos que se publicó en Francia en 1993 con el título Histoire de la littérature espagnole, con la colaboración de 4 hispanistas franceses de distintas universidades de Francia.  En el año 1995 se publica la edición española bajo la dirección de Rosa Navarro Durán, profesora de la Universidad de Barcelona.  Aparte de los 4 colaboradores principales en la obra, en este tomo sexto constan más de una veintena de catedráticos y profesores o investigadores hispanistas franceses que avalan los comentarios literarios.

Ramiro Pinilla está encuadrado, como lo hacen otros manuales, dentro del  realismo social de los años cincuenta, junto a otros novelistas, pero abiertos, algunos de ellos, a nuevos horizontes literarios:

 “ [...] novelistas que, sensibles a las orientaciones del momento, tratan de encontrar un punto de equilibrio entre las preocupaciones sociales y una introspección existencial, que va en ocasiones hasta lo simbólico y lo mítico”. 

Dentro de ellos, se establece un paralelismo entre Pinilla y Torrente Ballester:

 “Esta especie de visión globalizante (algunos personajes sobrepasan su dimensión particular para convertirse en arquetipos) en Los gozos y las sombras a partir de un entorno geográfico preciso, Galicia, Ramiro Pinilla (nacido en 1923) trata de encontrarla en su País Vasco natal. Las ciegas hormigas, Premio Nadal 1960 y Premio de la Crítica, reactualiza el mito de Sísifo en torno a una familia pobre que recoge carbón de un barco que ha naufragado. La novela avanza a través del encabalgamiento de los diversos puntos de vista de varios narradores, procedimiento al que de nuevo recurre en El salto (1975), sorprendente fábula darwiniana o mendeliana, que se extiende a lo largo de más de medio siglo de historia familiar, vasca y nacional. En cambio, en En el tiempo de los tallos verdes (1969), existe un único narrador, un niño de trece años que nos cuenta su investigación sobre un asesinato. La lleva a cabo desde una silla de ruedas donde le ha inmovilizado un estúpido accidente. Además, el ritmo del relato corresponde a la lentitud física del narrador, cuyos movimientos están aminorados por su invalidez. La búsqueda épico-burlesca de un trofeo deportivo robado y la presencia de un animal fabuloso, medio llama y medio mulo, parecen anunciar el mundo delirante de Seno (1972), auténtica saga de una tribu vasca en busca de sus raíces oceánicas en torno a un nacimiento anunciado, voluntariamente calcado del de Cristo. Como Torrente Ballester, Pinilla quiere encontrar, a partir de un lugar geográfico delimitado, constantes universales -y no cosmopolitas-: itinerario que no deja de recordar el de Unamuno. (págs 265,266)


NOTAS AL MARGEN:

1. Creo que es Las ciegas hormigas la novela en la que Ramiro Pinilla inicia la elección de un lugar geográfico delimitado, que será Getxo, en general, pero particularmente el barrio de Algorta. "Cuando la escribí, no tenía ni idea de lo que vendría después, de que Getxo sería mi núcleo cerrado". Pero tal como va escribiendo otras novelas el escritor va delimitando ese espacio geográfico con sus personajes, mitos, leyendas e historias. 
Curiosamente hay un escenario en esa gran novela : la playa de Arrigunaga, La Galea, el "viejo castillo", el cementerio... que aparece en muchas otras; así como algún personaje. Es el caso de Ismael Jauregi, del caserío Jauregi, cercano a la playa de Arrigunaga; personaje sobre el que girará la novela Huesos (1997); e incluso el mito del Negro, aquel congrio que nadie ha logrado pescar, lo recrea en La tierra convulsa, el primer volumen de la trilogía que se publica en 2004.                                                                                                                         

2. Hay un bloqueo en la producción novelística de Ramiro Pinilla a inicios de los 60 que la novela ganadora del Nadal del 60 le impone "por la necesidad profesional de producir una novela a la altura de la premiada" (Javier Feijoo Morote). Es a mediados de esa década cuando escribió El salto, pero se destruyó por un accidente familiar. El escritor la reescribió desde el principio pero Ediciones Destino rechazó su publicación. Esta novela rechazada sería publicada en 1975 por Ediciones Marte de Barcelona, quedando finalista del Premio Villa de Bilbao. 

 3. Es a finales de la década, en 1969, cuando Destino le publica En el tiempo de los tallos verdes
Ese niño de trece años al que alude el texto, debido a un accidente debe desplazarse en una silla de ruedas para investigar un asesinato ocurrido en la playa de Azkorri hasta descubrir  que culpable del homicidio no era un amigo suyo, un emigrante de Valladolid que recaló en Getxo antes de marchar para América.

4. Ese mozalbete detective es Asier Altube, uno de los protagonistas claves en la trilogía Verdes valles, colinas rojas. En esta novela del 69 que estamos comentando ya tienen presencia otros personajes que aparecerán en otras y serán claves en su trilogía: el maestro Don Manuel; Roque Altube, casado con Madia y los hijos gemelos Eladio y Leonardo; Ella,  la niña sin nombre que un día apareció en Getxo y trastocará la vida del pueblo. Pinilla ya va claramente ideando personajes y situaciones y lugares que irán configurando, al modo de Faulkner con su condado de Yoknapatawpha, su Getxo literario: las playas de Arrigunaga i Azkorri, la Galea y el "castillo viejo", el Puerto Viejo y que serán parte de un espacio geográfico delimitado: "El territorio geográfico de esta narración existe, y su nombre, Getxo, también". Frase que encabeza en solitario la primera página de la La tierra convulsa.

5. Este espacio getxotarra  con sus personajes, mitos y leyendas se va consolidando en otras novelas que en la década de los setenta y ochenta serán publicadas por "editoriales amigas" ( Pinilla ha roto con Destino y Planeta) poco conocidas (¡Recuerda, oh recuerda!) o en la editorial que él fundó, Libropueblo_Herriliburu (Andanzas de Txiqui Baskardo). El hecho de ser editoriales poco conocidas explicaría que esta Historia de la literatura española (1995) no las recoja.